Te has ido así de repente, fuiste el árbol potente, el horcón de mis amaneceres, ejemplo ante la vida; te vas en busca del horizonte, dejando al viento los brazos abiertos.
Llegué contigo y es suficiente. Por qué te has ido. Dejas parte de ti en estas manos, en la sangre, en mi cuerpo joven, representado aquí lo que un día fuiste; ya no será el viaje para verte.
Te has ido así de repente, el tiempo me sorprende; los deseos de abrazarte me enloquecen, contemplar tu caminar lerdo, nutrirme con tu figura. Lúgubre es tu partida, no dices nada.
Mutilado estoy por la despedida, has dejado en mí asuntos pendientes, el encuentro candente, palabras por decir, el amor de sangre fluida, asuntos navegando en el tiempo.
Llegarán tardes los días de alegría. Te has ido entre las colinas; ahora de visita a la luna, al honorable sol; ellos serán tus dueños. ¡Envidia, maldita sea! Sé que te amarán como yo, papá.
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Autor:
Ale.1974 (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 3 de febrero de 2025 a las 15:19
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a mi padre, que Dios lo tenga en la gloria.
- Categoría: familia
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Alexis Miguel González González, EmilianoDR, alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa, Pilar Luna
Comentarios1
Ale, lo siento mucho.
Que la resignación sane tu alma herida.
Saludos cordiales.
Muchas gracias amigo. Es duro, pero él siempre me enseñó que la vida continúa, en la eternidad nos volveremos a encontrar para no separarnos jamás.
Saludos para ti.
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