Desde mi balcón veo caminar a la desidia
con paso lento,
como si no deseara llegar a su destino.
Lleva las manos pintadas de azul
y en la boca una mordaza que le impide gritar
su desespero.
Camina junto a un animal invisible
inventado por la locura de la incomprensión.
De vez en cuando se detiene, para acariciar el aire
y las gotas de lluvia que caen sobre su rostro
envejecido y maltrecho por el paso de los días.
En los cristales de las ventanas cerradas
se refleja el otoño de sus cabellos
que se vuelve invierno por las briznas de blancura
que a cada paso se agigantan sin control.
¿Qué encontrará al final del camino?
¿Volverá a ver las rosas de la primavera?
¿O por el contrario, sólo verá la frígida maleza trepando
por la cal de su última morada?
17 de abril de 2020
- Autor: Rosario Bersabé (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2024 a las 13:01
- Comentario del autor sobre el poema: Esta reflexión fue escrita en tiempos de pandemia.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, ElidethAbreu, Augusto Fleid, Pilar Luna, alicia perez hernandez, Sergio Alejandro Cortéz, Mauro Enrique Lopez Z., CARLOS ARMIJO R...✒️, racsonando, Classman
Comentarios2
Rosario, que la desidia se quede lejos y no llegue a su destino.
Gracias por tus letras y placer de leerlas.
Abrazos.
Elideth, muchísimas gracias por tu visita a mis letras. Abrazos.
¿Qué encontrará al final del camino?
¿Volverá a ver las rosas de la primavera?
¿O por el contrario, sólo verá la frígida maleza trepando
por la cal de su última morada?
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Pues algunos sobrevivimos a ese tiempo de angustia y muerte.
saludos poeta Rosario
Sí, sobrevivimos. Gracias por venir, Alicia.
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