CON LOS OJOS ABIERTOS
Una vez dentro del cine,
los ojos permanecían bien abiertos
a recibir todo tipo de impresiones,
los ojos nuevos, infantiles aunque también militantes,
allí dentro, enfrente de la gran pantalla,
donde aparecía un autobús enorme
con el logotipo de un galgo a la carrera
que atravesaba el inmenso conjunto
del interior de los Estados Unidos.
Y como el cine ya no era
en blanco y en negro sino en cinemascope,
el galgo estampado en un lateral
lucía brillante, saltarín, coloreado,
y el sol penetraba con todo su poder
en el vehículo por ciertos tramos
y daba imparable sobre el pelo
y los ojos azules de la rubia
actriz protagonista, y desde entonces
acompañábamos a la pobre muchacha
en todas sus vicisitudes, que eran muchas,
y en sus momentos también de júbilo y de gloria.
Y como las películas venían desde Hollywood,
los personajes salían siempre rubios,
altos a lo largo de un país pletórico,
lleno de energía en sus pequeñas localidades,
en sus pueblos, restaurantes, gasolineras, tiendas,
y en la mayoría de sus ciudadanos,
con esos aparatosos y aerodinámicos
vehículos motorizados.
Y en medio de semejante despliegue de luces
y de sonidos quedábamos por un rato envueltos
por aquella realidad tan cotidiana,
que, sin duda, debía existir allá por el lejano Oeste.
justo al otro lado del océano Atlántico.
Gaspar Jover Polo
- Autor: gaspar jover polo ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2024 a las 10:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z., Santiago AlboHerna, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
ahora ya no son todos rubios, ahora la mayoría son negros
E hispanos.
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