Los desvelados

Ricardo Castillo.

Cansado…
de todo lo que afirma,
del reloj,
de las jaulas,
del círculo.

RC

Soy:

Una débil sombra
que se extingue
en las horas del ocaso.

Un dibujo en la tierra
que se borra
al paso del viento.

Figura frágil
y confusa en la memoria;
etérea como el recuerdo
de alguien que ya no está.

Timonel que enrumba su barca
por ríos sinuosos,
donde las horas se dilatan
con misteriosa intención;

y en su cauce despiertan
nostalgias de ayer,
que — erróneamente — ansían
volver.

A veces,
silencios de filos azulados,
como el cielo;
y otras,
sonora voz como olas
que rompen en los cantiles.

Fulgor de una estrella extinta,
remanente de una antigua hoguera,
como todos.

¡Velador de luna,
aullador noctámbulo!
¿Qué importan las horas,
si se avecina otra vez la noche?

¡Oh, infinitud del yo!
Reflejo de luna
en la pileta,
polvo y estrellas.

(Y cuando digo yo,
digo nosotros.)

No somos lo que vemos,
sino lo que dejamos de ser;
lo que fuimos:
olvido caminando hacia la noche.

Ricardo Castillo.

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