Las hojas flotaban al viento
como serpentinas
escapadas de los árboles
o pétalos esparcidos
desde algún aeroplano
pa' celebrar un comienzo.
El calor que torturaba
refrescó como la sonrisa de Olaf
para Elsa,
el sol era una carita recortada
de la cartulina de un niño
y el pañuelo que siempre necesité
ya no hacía falta.
Era como si el cuerpo,
el corazón y la cabeza
al fin acordaran descansar
en la misma hoja del libro.
Un día aliviado y sanador
como muy pocos,
pero que desde entonces
podíamos emular
varias veces
- Autor: Tito Rod ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2024 a las 16:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Lucía Gómez, alicia perez hernandez.
Comentarios1
"Era como si el cuerpo,
el corazón y la cabeza
al fin acordaran descansar
en la misma hoja del libro."
Buenas letras!
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