Acoso y derribo comercial

Joseponce1978

Tienen una oferta para usted.

Da igual que caves una zanja

antes de tirar el teléfono dentro

y rellenarla de cemento armado;

te seguirá sonando el móvil

para ofrecerte su producto.

Aunque te subas a un barco

y arrojes el teléfono al fondo

de la fosa de las marianas,

emergerá el tono de llamada

para ofrecerte su producto.

Puedes poner el celular

debajo de una apisonadora

hasta dejarlo como un sello:

¡Riiiiing! ¡riiiiing! Producto

indestructiblemente barato.

Como cojas la llamada

y te vean dudar un segundo,

y solo por educación

les digas que quieres escuchar

su oferta, no habrá manos libres

que te desencadene de su oferta.

  • Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de marzo de 2024 a las 12:14
  • Comentario del autor sobre el poema: Insoportablemente pejigueras. Lo de las llamadas comerciales es un tipo de acoso como otro cualquiera. Da igual que les digas que no te interesa su oferta de tarifa plana o de compañía eléctrica, que contigo no van a hacer negocio porque en tu casa te apañas con 3 bombillas de bajo consumo, que no tienes ni calefacción y cuando hace frío haces una hoguera en medio del pasillo, y para no gastar ni mechero la enciendes frotando 2 palos, como hacían los trogloditas. Te volverán a llamar aunque les bloquees el número. La primera vez les atiendes con educación, diciéndoles que no te interesa nada de lo que te puedan ofrecer. La segunda vez descuelgas la llamada, dejás el teléfono encima de la mesa y escuchas la vocecita hablando sola. A la tercera vez los mandas a paseo e igualmente te siguen llamando. Incluso siguen llamando desde números que ya he bloqueado. Cuando las empresas se gastan unas fortunas en comerciales o en publicidad, le sacarán algún beneficio. En mi caso, jamás he comprado algo influenciado por un anuncio o convencido por un comercial. Supongo que estas prácticas serán denunciables, y en este sentido, tengo una paciencia de santo e intento por todos los medios arreglar las cosas por vía diplomática antes de poner una denuncia. Sobre todo para no saturar la justicia en un país cuya fiscalía tiene más trabajo que un poeta en primavera, pero al final no me van a dejar otra opción. Ni en su cabaña puede estar uno tranquilo.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 7
  • Usuarios favoritos de este poema: Nitsuga Amano, Omaris Redman.
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