Mi demonia y yo

Eras tú demonio de la noche quien roba mi calma. Eras tú aquel ser solitario que me destruye y perturba mis sueños. 

Soy yo cual demonio entra en tu noche
Y se adueña de tus sueños
Así estaré tan cerca
que temblará como una hoja, tu cuerpo
Tu decisdes si despiertas y te quemas en mi fuego

Quemarme !!! recuerda  que nací en las llamas donde solo ellas abrazan mi corazón y mi alma, en ellas encuentro la paz que siempre he anhelado.

Lo sé mi bella dama de fuego por eso en la hoguera de tu amor
quiero quemar mis besos
y morir entre las llamas
encendidas de tu cuerpo,
quiero quemar mis deseos
de tenerte entre mis brazos
y quemarme hasta los huesos
en las llamas de tu abrazo

Porque has de hablarle a un ser innerte que no siente nada que ha padecido dolor, lágrimas y sufrimiento. Soy ese ser obscuro que no ha llegado al fin del túnel.

porque sin ti no tengo vida,
porque sin ti no hay sociego ni felicidad, ni alegría, todo es frío y necesito el fuego de tu alma, 
porque tu eres el más hermoso regalo que me ha dado la vida.
porque me das en cada mirada tuya el aliento para seguir en este camino que me ha dado la vida,
Por qué quiero quemarme en tus llamas por qué te quiero para toda la vida

Mortal mortal no has comprendido en mis letras ni en mi crueldad que yo no nací para amar. Pobre aquel que se enamore de mí preferirá haberse quitado la vida que experimentar el dolor que le causare. Estoy aquí para destruir porque para construir están ustedes los débiles. Maldita vida, he aquí quién aprendió a ver en ella.

Susurrarte al oído cada verso
En cada estrofa darte un beso
Y mirar esos ojitos tan bellos llenos de fuego y misterio y puedo 
Olvidarme del mundo por ellos.

Sentir el calor de tus manos
Y el fuego del infierno en tus labios
Forjando tu alma
Hasta ser luz del alba.

Solo quiero amarte cual demonio 
Demostrarte que te quiero cual fuego ardiente 
Que mi amor es más inmenso que tu infierno 
Y mi vida entregarte hasta mi último aliento
Pues no importa lo que pienses pues mi amor a de cambiarte

Autores 

                Wilo Delgado

                 Adry Valencia