Si falto es que me he ido, válido el veneno que empezó por el oído...
Aquí está mi casa constantemente hablándome,
un solo mosquito en la inmensidad del espacio,
lucha intensa entre el viento en dos facciones separadas,
la misma canción en la antesala
y un reflejo de Dios allá en lo alto
de un cielo nuboso del que sólo sé yo.
Es mía la historia que empieza en el fondo
de un resbalón a lo tóxico
que descompongo entre aromas de algodón
que me hacen bromas y lo expongo,
el vacío hoy se colma sólo con un poco
y si lo toco ya será por cuenta propia.
Me he vuelto un neurótico envenenándome las dosis
ahora que todo pasa a recobrar su importancia
bajo de nuevo este foco que incluye su balanza,
así mi ansia en otra constelación avanza
hacia nada en concreto además de esta estancia
que me comprometo a usar de cápsula
de aquí en adelante.
Soy un astro y voy girando alrededor de una imagen
que es de barro y se deshace al contacto
simultánea a este caos emocional
que dentro guardo para estar bien seguro
sin ventanas a otras calles fuera del mundo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.