EL LABERINTO

 

El laberinto del amor, sin mapa ni brújula,

donde el corazón rige, y la razón se disculpa.

Aquí lo imposible se torna posible,

y lo más coherente, de pronto, invisible.

 

¿Quién entiende al amor, caprichoso y rebelde,

que en un suspiro te eleva y en otro te vuelve?

Teje sueños en noches de insomnio prolongado,

y pinta de colores el cielo nublado.

 

Amor, tirano dulce, dictador benévolo,

con tu ley absurda, incomprensiblemente ameno.

Haces que el sabio ignore su ciencia,

y el más fuerte, ante ti, pierda su esencia.

 

Nos pides saltar sin mirar la altura,

encontrar en el vacío la más segura aventura.

Prometes eternidad en un instante fugaz,

convirtiendo un simple "ahora" en un "jamás".

 

Ríes cuando el orgullo se rinde a tus pies,

cuando el más incrédulo, por fin te cree.

Juegas a ser arquitecto de improbables encuentros,

creando historias que desafían los inviernos.

 

¿Cómo no maravillarse ante tal contradicción,

donde la derrota a veces sabe a victoria sin condición?

El amor, ese caos que ordena nuestra vida,

esa guerra pacífica, la más dulce herida.

 

Ilógico amor, enseñas sin un manual,

que vivir sin sentirte es apenas sobrevivir, nada más.

En tu escuela aprendemos la lección más pura:

que amar en tu locura, es la aventura más segura.