NOCTURNO II

teboel

 

Antes de que anochezca
acércate a la alambrada
de mi corazón revestido de tormentas,
y hambrienta,
muerde, rompe, sesga,
el velo de mis ansias secretas,
de mis revelaciones en cascada,
donde nacen y mueren mis palabras,
y la luna tiene su parcela.

Y en el umbral de tus deseos
me detengo durante un instante
a tomar aire,
a releer tu cuerpo en contraste
con el tiempo
que me muerde y me devora,
en el tránsito de tenerte y tentarte
aquí y ahora.

Abrazo oceánico, líquido, lírico,
de mis manos en tu territorio,
en tu privada penumbra,
donde solo yo te veo y te siento
y me hundo en tu mundo,
en la luz azul de tu reflejo sediento,
que me busca en un reclamo húmedo,
hambriento de destellos,
de rojas orquídeas que delinean
y trenzan tu cuerpo desnudo
atándolo de tal manera
que ya solo quema
la plegaria que esconde
tu nombre es cosido al mío.

La salvaje belleza
que me envuelve y me libera
y te penetra
beso a reto,
reto a beso,
ardiendo, clavándole mi saeta,
de sublime poeta
que ha encontrado en ti su rumbo.
Descansaré en tus hojas,
en la raíz de tu árbol,
en tu pecho descubierto.

Y soñaré con auroras,
con el cielo abierto
de tus ojos,
con tu blanca sonrisa,
con tu sombra,
con tu piel pidiendo mi piel,
gimiendo y pidiendo audiencia
al rey de tus anhelos
que vive para ser amanecer rosa,
crepúsculo que deshoja
el atardecer de tus desvelos,
para desplegarme a todas horas
dentro,
muy dentro,
en tus sueños de diosa.

Leobet García
Madrid 21/02/2024
Derechos reservados.

 

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