Jesucristo, dame un motivo por el cual debo ver partir, lo más amado y querido.
Tu, fuiste traicionado, crucificado,
María, lloró por ti, hasta morir.
Por que truncaste su vida.. mi vida,
me dejas sin el brillo de sus ojos,
sin el calor de su cuerpo, sin su aliento?
Sabes que muero si no acaricio
su rostro,
Si no lo abrazo cada día,
ahora solo queda el tormento,
¡Cuánto te necesito, hijo mío!
Cuánto sufrimiento causado
en los buenos corazones.
Jesucristo, dejas la escoria humana,
lo peor de la existencia en la tierra;
los causantes de terribles guerras,
la malicia causante de tanto dolor.
A veces es complicado comprender,
si arriba, donde nacen las estrellas,
solo hay oscuridad, silencio, o nada.
Hoy, el camposanto quedó inundado
de tristes lagrimas derramadas,
¡Solo tenía treinta y dos años!
Seguiré mirando al cielo
rezando una plegaria.
Descansa en paz hijo mío.
- Autor: José López Moreno. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de febrero de 2024 a las 16:31
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado al hijo de un gran amigo, Fallecido en accidente de tráfico al regresar del trabajo a su hogar.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 52
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