Porfirio

Mercedes Bou Ibáñez



 

El mexicano Porfirio
Romance


El mejicano Porfirio,
un macho de cuerpo entero,
dice que quiere saber
como es un hombre por dentro.

Por la calle cuesta abajo
Porfirio grita diciendo;
-!Lo que yo quiero es saber
cómo es un hombre por dentro!

El mejicano Porfirio
carita de cobre tierno,
hechuras de rey azteca,
lacio de mostacho pelo
de azul brillantina india, 
brazo corto, machetero,
recia mirada aborigen
con limaduras de hierro. 

Grita que quiere saber;
¡cómo es un hombre por dentro!

Los revólveres dormitan
en los bolsillos zagueros;
los cuchillos ya bostezan
de pelusa y de silencio.
¡Y Porfirio quiere ver
cómo es un hombre por dentro!

Los pulsos del peonaje
presienten lunas de hielo. 
Los silencios en la tarde
suenan cómo hierros nuevos 
de navajas castellanas
y machetes jalisqueños.

Las viejas se chismorrean
y en la calle un ojo puesto,
se van cerrando las puertas,
se va oscureciendo el cielo.

Los pasos por la pradera
son como tambores ciegos,
en noche, noche nochera
mudo se quedó el silencio.
Se oye el repiquetear
de los dientes por los suelos,
ríos de sangre presagian
esos nubarrones densos.

Ya con visos de tragedia
el alma viste de negro,
la luna se da la vuelta
para esconderse del miedo.

El aceite del candil
se esconde tras un lucero,
se pesa el miedo en arrobas
en esta tarde de duelo.

El mejicano Porfirio
azteca de cuerpo entero,
pura sangre de dos sangres,
estirpe de dos imperios,
valiente donde los haya
quiere saber el misterio.
Dice que quiere saber;
¡cómo es un hombre por dentro!

¡Alerta los federales,
salgan todos a su encuentro,
al pecho ya los fusiles,
¡al arma, pólvora y hierro,
pongan la rodilla en tierra
y lancen al cielo un rezo,
diez mosquetones en fila
y un corazón en el centro!

¡Apuntad bien federales
a su cinturón de cuero!
¡Qué ha dicho que quiere ver
cómo es un hombre por dentro!
Y es muy rechulo ese charro,
dicen que anduvo de cuentos
con los valientes de Pancho
en sus vueltas por Morelos.

La mano lleva en el cinto,
con la mirada hacia el cielo
y paso muy decidido
se va soltando los flecos.

Porfirio va con sigilo
por las calles en silencio,
mientras el sueño se esconde
la noche ayuda al acecho.

Lleva una mano escondida,
blancos de cera, los dedos
y en mente la idea fija
de ver un hombre por dentro.

El gringo lo ve llegar,
¡ay, gringo! ¿No te da miedo?
¡Una muralla de libros
le sirve de parapeto!
-¿Qué buscas aquí, pelao?
-dice Morgan, el librero.
-Los adentros... ¡Quiero ver
cómo es un hombre por dentro!

-Toma, son treinta centavos
y para empezar es bueno.
Porfirio sale a la calle,
Porfirio sale contento,
treinta centavos el libro
con todo el hombre por dentro;
*Principios de Anatomía
Cuaderno Primero, El Cuerpo*
Un texto muy comprensible
y unos dibujos muy bellos.

¡Federal, descansa el arma,
Porfirio quiere ser médico¡

El silencio soltó un grito
y al miedo volvió el aliento.
¡Por fin Porfirio sabrá
como es un hombre por dentro!

Este poema no es mío,
es a medias con mi abuelo,
el me lo contó
y yo le hice algunos arreglos.
Nunca supe a ciencia cierta si era suyo
o de quien era.

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