LA SONRISA DE DIOS (cuento de juventud) (c)

Carlos Bequer (seudonimo)

La Sonrisa de Dios (cuento de Juventud)


La pregunta de mi pequeño hermano me sorprendió:¿quién es Dios?
Lo espontánea de su pregunta y la expresión de su carita inocente, me hablaban de su primera inquietud infantil.

Ven-le dije-siéntate en mis rodillas.
¿Por qué me haces esta pregunta?
¡verás!-me contestó-anoche escuché a mamá hablando sola en la oscuridad de su habitación; hablaba con un"señor"que ella llamaba Dios; entré despacito en la habitación... pero allí no había nadie, nada más que mamá; por la mañana le pregunté que quien era él, y por qué ella hablaba enfadada y llorando con ese tal Dios, pero no quiso responderme
¿tú sabes quién es, hermano?
¡Sí! -le respondí- y entonces vi como su cara se iluminaba de alegría
pero ahora me preguntó:¿por qué te has puesto triste cuando te he hablado de él?
verás-le respondí-cuando papá enfermó gravemente, le pedimos fervientemente que le salvara-tú no habías nacido todavía-¡pero no nos escuchó! Y papá murió.
¡¡ah! Exclamó el pequeño, ese Dios es un médico malo, ¿no?
¡No!-le dije- mira las estrellas y la luna, el Sol, los árboles, las flores, nosotros mismos... todo lo ha hecho Dios, con su poder y bondad todo lo creó.

La sorpresa del niño no tuvo límites:¿todo eso lo ha hecho Dios?
¡Sí! -le respondí-
¿Entonces, si es bueno... ¿Por qué no salvó a papá? ¿Por qué lo dejó morir?
Papa no ha muerto, está con Él en el cielo-acerté a contestar-
¿entonces mamá, por qué sigue enfadada con Él?

Queríamos mucho a papá y ella sufrió mucho cuando él se lo llevó; cegados por el dolor, prometimos que nunca te hablaríamos a ti, de Él.
Pero hoy he comprendido lo equivocados que estábamos, y tú has ayudado a ello, pues me he dado cuenta de que a Dios no se le puede ocultar; Él está dentro de ti, te ha utilizado amorosamente para hacérnoslo comprender.

Unos pasos detrás de nosotros hizo volver nuestras caras... ¡Mamá!
ella con lágrimas en los ojos dijo ¡os he escuchado!
Y sin más, nos abrazamos los tres, y rezamos como nunca, pidiéndole perdón a Dios, a la vez que enseñábamos las oraciones al pequeño.

Una última pregunta, hermano,-pidió- ¿cuál es?-le respondí-
¿cómo es Dios? ¿No lo puedo ver? ¡Sí que lo puedes ver!
Mírate a ti mismo y sin duda lo verás -le dije emocionado-
Una estrella fugaz cruzó el cielo en la noche...
 
¡Dios había sonreido!
  • Autor: Carlos bequer (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de diciembre de 2023 a las 19:17
  • Categoría: Religioso
  • Lecturas: 20
  • Usuario favorito de este poema: Ed-win.
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Comentarios1

  • Una voz

    ¿Porqué retratas al niño como Dios? No entendí eso estimado. Lo demás es conmovedor.



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