De repente (tientos (1))

Alberto II

Agua pura de un arroyo
tras una noche de farra
me dio su sentío apoyo
como bordón de guitarra.

No era el despuntar del alba,
sino más bien una pena,
con un tono sangre malva
marcándome la condena.

No fue un ajuste de cuentas
ni na´de lo parecío;
puede aparecerse a tientas;
como un murmullo del río. 

Di un pase por naturales
soniquete del lamento,
que recitó por verdiales
y sin decirme: "lo siento".

Seguí por la veredita
por ver si volvía a verte,
el camino era la ermita
y me esperaba la muerte.

Vino en cenizas bravías
como si fuera gitana,
con un cante de agonías
y un tañido de campana.

A Manuel de Falla.


Nota al cante: "Para buscar el duende no hay mapa ni ejercicio. Sólo (la tilde la he puesto yo) se sabe que quema la sangre como un tópico de vidrios, que agota, que rechaza toda la dulce geometría aprendida, que rompe los estilos... Los grandes artistas del sur de España, gitanos o flamencos, ya canten, ya bailen, ya toquen, saben que no es posible ninguna emoción sin la llegada del duende. Ellos engañan a la gente y pueden dar sensación de duende sin haberlo".

Federico García Lorca.


(1) Los tientos son tercetos o cuartetas romanceadas pero por otro lao san hecho así, lo puedo mostrar a cualquiera.

 

 

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios1

  • Alberto Escobar

    Me gusta tu rollo tocayo. Feliz año,



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.