El ángel negro

el brujo de letziaga

En el silencio de la noche,
un ente, que me alcanza para eliminarme,
que me desencaja y me invierte
a modo irreductible...

 

De mi punto negro al suyo, la luz no existe,
y su boca deslizándose,
sin voz ni cuerpo, siendo su invisible costumbre,
como un verso que no oye nadie...

 

Mi mente casi no responde,
al ángel negro que me va chupando la sangre,
y la hemostasia me resulta imposible,
con mi mano de vivo que tiembla incomprensible...

 

El ángel a su placer se adhiere,
a mi destino ya de inmortal incertidumbre.
De madrugada me bebe,
y me lleva el alma que la muerte adquiere...

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