MI PENAR ©

OSCAR LUIS GUZMAN

Una nube negra y fría

cubrió a mi cielo azulado

y una ola que crecía

despertó a mi mar calmado.

 

Una lágrima en los ojos

ahogó en mi boca la risa

y una chispa de ilusión

dejó a mi cuerpo en cenizas.

 

Aquella rosa sagrada

de corola perfumada

que odorificó mi lecho,

como espina envenenada

quedó enterrada en mi pecho,

dejando vacía una almohada.

 

Aquella musa bendita

de los ojos de diamante

y de corazón tan blando,

dejó a mi cuerpo temblando.

 

Su corazón fue piedra

 y sus ojos de burbuja

y en el viento se escaparon

cual por magia de una bruja...

 

Aquella bella oración

que de mi boca brotaba

se transformó en maldición,

aun con las mismas palabras.

 

Hoy mi corazón palpita

tenuemente y con despecho.

En su palpitar grita

su angustia y su sentimiento.

 

¡Quién puede mirar la vida

a través de ojos llorosos...?

pues el cielo aunque azulado

siempre parece lluvioso.

Yo antes cantaba contento

y ahora ya no sé cantar.

 

¿Quién puede cantar los versos

de alguna hermosa canción,

si las notas que se cantan

son las gotas de un quebranto

que salen del corazón...?

 

 

*

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