LA JACALERA TRAICIONERA

Feliciano Cantu

 

Al fin en vuestro sitio, ya era hora,
Aunque me agrada meteros en cintura,
Has actuado de tremenda travesura,
Por ello os he dado una buena fusta,
Friega que en buena lid y buena justa,
Y como reconocéis, azote de caballero
Es castigo duro, muy fuerte y severo.

Aún así, no componéis tus intenciones,
Y a como os veo de como amenazáis
Os temo, de que volváis a ser sacatona,
Y en tu burro de mí huyendo, escapéis
Y con la cola entre las patas metiendo
Que siendo como vos seguís siendo,
Por mi Madre que ahora sí os atravieso.

Ventaja es daros alcance y os pesque,
Y que en la Villa salgáis del trance.
Sabéis que al quereros como os quiero
Se me resbalan los malos pensamientos,
Y se me olvidan las malas intenciones,
Y a veces os perdono vuestras faltas,
Pero me traicionáis y andáis de jacalera.

A pesar de que me prometéis amor
Y obediencia, y humildad y sumisión,
Pero no, a veces os encuentro con Paco,
A veces con Manolo, y otras con Marcial,
Y no me ofende, porque mis amigos son,
Y yo, en verdad que muy compartido soy,
Pero duele, ellos se burlan de mi situación.

Pues que siempre les hacéis harto felices,
Y es allí donde se me arrisca el sombrero
Es por eso que con vos ya he cambiado,
Es por eso que a cada paso os castigo,
Y os doy a llenar siempre hasta el cogote,
Es por eso que ahora os quito las bragas
Y si me reclamas, os apaleo con garrote.

¿Y cómo os atrevéis a darme tal carretón?
Ya no te saldréis más con tus laureles,
Pues como veis, os las tengo sentenciadas,
Con fuerte correa y soberano escarmiento,
Veréis, en adelante os amarro en camastro
Por éste, vuestro inútil y último intento
Y tendréis de mí hasta por los apéndices.

Así que de donde vos podáis, agarraos,
Que del trance por el que habréis de pasar
O bien, o salís arrastrando, o salís rezando,
Si empezáis a remilgar… A cargar la cruz,
Que ahora sí, el trato está duro y grueso,
Y si decís que no soportáis más sanción,
Preparaos para una dulce y sensual agonía.

Mas echad fuera ahora vuestros temores
Que no os habré de causar más dolores,
Pues lo que a vos duele, a mí me mata.
Habréis de tener en tiento, que no cejaré
Mi labor, y a cada una de vuestras huidas
Tendréis fuerte vuestro acto corrector,
Portaos bien, y dejadme daros acogida.

No es tarea fácil meteros en cintura,
Y no desearéis ponerme en esa tesitura,
Porque la cosa se pondría más dura.
Veréis que una vez estando bien dura
Ya sabéis que altura toma la curvatura.

Es mejor que os portéis muy bien,
Os usaré de manjar y os enseñaré a querer.

Y mientras vos queráis, todo así será,
Os tomo, y por vuestra voluntad os domo.
Entre dos que se aman así el juego será,
Y se dejan llevar hasta el atrio más alto
De su íntimo altar donde guardan el tesoro
El más preciado sentimiento del culto
Del afecto de nuestro póstumo decoro.

 

Félix Cantú Ortiz
Monterrey, N. L., México

 

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios1



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.