LA PELUQUERÍA DEL PUEBLO

Feliciano Cantu

 

Un lugar donde desaparece el bullicioso estrés,
Es un lugar de descanso y de encantamiento,
De sueños, además de ser centro de los chistes,
Tallas, de buen humor, chismes, dimes y diretes
Del pueblo, donde la gente no es muy frecuente,
Pero cuando viene, viene a saber de los demás,
Y le agregan a lo que ya saben, un tantito más,
De modo que lo que ya saben, consigo lo llevan
Y se lo cuentan a otros, corregido y aumentado,
Y sin duda, y además de eso, hasta modificado,
La gente viene a saber, y gratis, un tantito más.
Si vienen a la cortada, los chismes no se cobran,
Y conste que lo digo, es gratis, y también vienen
A vivir en otros mundos a donde nunca han ido,
Ni irán, y a llenar su imaginación con los cuentos
Historias y sueños que les cuenta el peluquero,
Que ya les durarán buen tiempo para hacerlos
A ellos soñar y viajar por el cielo y las estrellas.
Eso no es malo, es bueno, por eso vienen ellos.
Y si dispuesto está en contar lo que quiera contar,
El que lo ha de contar, los demás no se enfadarán,
Menos yo, que siendo todo fuente de mi felicidad,
Y mi negocio prosperar… Aunque he de corregir,
Que en esto sí he de cobrar, pero no tanto,
Es tan sólo un veintecito por cada visitante.
El peluquero siempre información conseguía,
Y en la peluquería veía a más de cuatro por día,
Mismos a los que les contaba todo lo que se decía
Sin cansarse, y lo mismo, y al siguiente día a otros
Y así mismo, seguía toda la semana, obviamente
Hasta a partir del domingo nuevas noticias tener,
Que nuevecitas se las tendría para todo oyente
Que a cortarse el pelo viniera la semana siguiente.
Porque los domingos venía su principal cliente,
Que de bromas y cuentos, él era la mejor fuente.
Se sabe que de decir a hacer es cosa diferente,
En el caso de Hilario era claro que las dos cosas
Tienen igual fin, pues él decía todo en confesión
Y lo que hacía, que era lo mismo que allá decía,
Pues se los contaba, por eso tan bien les caía.
Al hablarles Jacinto a la gente de Don Hilario,
Era para todo cliente un motivo de hilaridad,
Pero de esa hilaridad sana y llena de emoción.
La gente se reía de él no por burla, con intención
De la observancia de cada una de sus ocurrencias.
¿Cómo ha estado Hilario?, ¿qué hay de nuevo?
“Pos aquí nomás, como siempre, en la ocurrencia”.
En la Iglesia todo mundo fila hacía en la confesión
Una vez que en primer lugar se formaba Hilarión,
Así aquí, a la peluquería todo mundo lo seguía,
Y al entrar, la peluquería a Jacinto se le llenaba,
A la gente, le gustaba estar donde Hilario estaba,
Les gustaba que platicara y cómo se comportaba.
En fin, todos lo seguían, sin que él lo notara.
Jacinto con esta jugada y de Hilario la llegada,
Y detrás de él la gente en manada se acercaba,
Tenía un letrero que los domingos colocaba
Al frente del local y que les advertía que ese día
Había qué pagar por entrar, y que así decía:

"PARLAMENTO IMPORTANTE"
Para Todo Visitante:

“Todo el que aquí entre,
Detrás de mi Principal Cliente,
Habrá sin negarse a pagar un veinte,
Y un diez más porque se siente.
Y si aparte el pelo se quiere cortar,
También la cortada ha de pagar,
A según si la barba se quiere rasurar,
Bigote arreglar, o igual el pelo hacerse.
Y si aparte quiere ser talqueado,
Pagará por ello un diez más, y además,
Un diez más, por ponerle colonia,
Para bien aperjumado de aquí salirse.
Y al saber todos a quien me refiero,
No se vayan a hacer los inocentes,
Que aquí primero el veinte pagando,
Y ya pagando, enseguidita entrando.
Se les aclaran los puntos siguientes:
Uno:
Otros días no se cobran las entradas,
Dos:
No pagará por oír chismes y tarugadas,
Tres:
Será gratis, nomás pagando del pelo
La cortada, o de la barba la rasurada.
Cuatro:
Talqueada y aperjumada, también gratis,
Y váyanse aprovechando,
Que luego pasa que me voy arrepintiendo.

Y repitiendo, y otra vez repitiendo,
Pa’que luego no digan “Yo no entiendo”:
El domingo pagarán solamente
Los clientes que no sean el cliente,
Del que todo mundo tiene conocimiento,
Pues éste queda totalmente exento,
De todo lo impuesto en este Parlamento.”

Con esto Jacinto con un día, la semana hacía,
Porque si en toda la semana la luz no veía,
Porque la gente no llegaba, salvo uno que otro
Pues los chismes de Hilario aún no escuchaba,
Pues el domingo por la visita de Hilario
La ganancia sí se daba, y hasta le sobraba
Para echarse su cerveza al llegar a su casa.
Todo mundo callaba y esperaban escuchar
Para disfrutar el motivo del pago de la entrada.
Luego Hilario continuaba con un cuento
Todo mundo esperaba, aunque fuera el mismo
De la vez pasada, como quiera les gustaba,
Sabían que algo le cambiaba y de todas formas
Agradable lo hacía y en algunos de los cuentos
Hasta los convencía de que fuera realidad
Lo que contaba, porque lo contaba tan bien
Y real, que la gente lo creía y se emocionaban.

Y contentos todos se iban a sus casas,
Pero con la esperanza de volver el próximo domingo.

 

Félix Cantú Ortiz
Monterrey, N. L., México

 

 

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Comentarios1

  • jvnavarro

    Me ha gustado. Sobre la peluquería dejé yo otro poema escrito. Y es que las peluquerías traen gratos recuerdos
    Un abrazo y saludo



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