LA PALABRA

ALFREDO

Dueño de un vocabulario primigenio,
el ignorante, no tiene ganas de expresarse,
no posee las palabras adecuadas
para que fluyan sus ideas, y conceptualicen sus mensajes.

Sólo le queda al ignorante:

someterse al instruido,
al de los vocablos elegantes,

para él desconocidos;
y seguirlo, como la única brillante tea,
que aparece tras las sombras.

Sólo le queda adorar, una palabra moldeada
como la imagen de la virgen, en material tallada,
seguirla como a una Biblia, pero llena de patrañas.

¿Qué sucederá con toda esta gente?
¿Seguirá subordinada, siendo tantos,
ante tan pocos?.
Todo está en que la palabra
se muestre contemplativa y cotidiana,
no pomposa y juzgadora;
todo esta en que nuestra fe,
no sea un arma cegadora.

Ahora que las masas deciden pisar tierra,
porque se cansaron de flotar
en el agua y en el aire,
y su espíritu inflamable
se encienda con el fuego de la rebeldía.
Ahora la palabra debe aliarse
con la ciencia y con el arte;
mostrarles mil formas de expresarse
y suplir, todo ese odio reprimido,
por cielos sin negras nubes,
que no empañen la vista.

  • Autor: Alfredo Murillo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de junio de 2009 a las 23:34
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 64
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Comentarios3

  • roxy

  • Oscar Jossiee

    Muy bella forma de expresarte..Saludos

    Tu amigo

    Oscar Jossiee

  • luz

    Excelente!, poema reflexívo. Lo he disfrutado, gracias por compatir.
    Que sigas escribiendo. Cálidos saludos.



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