Dormir a tu lado

 

Parecía que dormías sobre mis versos,

que en tu cuerpo se esculpían las formas de mis letras,

y que mis verbos cambiaban según la posición de tus brazos,

transmutando mis palabras a caricias según el lugar de tus piernas,

oh que mis pensamientos se convertían en poemas,

de acuerdo a tu mirada,

no necesitaba que cambiara el viento para volar junto a ti,

ni siquiera la oscuridad era capaz de desaparecer la luz de tu sonrisa,

aunque la noche me haga sentir incapaz de superar mi edad,

y el tiempo comience a abusar de mis sentidos,

como la brisa que abusa de las hojas secas cuando han caído.

 

No quiero borrar mis años,

ni silenciar el reloj para congelar la edad,

tan solo anhelo que mis pensamientos,

continúen durmiendo a tu lado,

para que sean mis letras las que graben tu figura,

para aguardar con esperanza la mañana siguiente,

en donde mis manos grises se tomen de tus manos blancas,

y juntos transitar hacia la entrega,

de tu mirada fresca renovando la mía cansada,

y tu latido fuerte agitando mi pecho anciano.

 

Si, aún duermes a mi lado,

dando sentido al vocablo,

de que el aliento entre dos es nuestra mayor distancia,

para engrandecer el amor, aunque se haya llorado,

y el cerrar los ojos,

 sea el acto suicida que me priva de tu mirada,

para encerrarme en el estuche negro,

de la noche, con mis brazos atados,

desprendiéndome de tu vientre,

 aunque continúe a tu lado.