De bellezas y gusanos

Mercedes Bou Ibáñez



 

De bellezas y gusanos

A otro no esperan
donde vas solo a ti
pierde la prisa.

Buen día, yo soy...
¿Quién soy? ¿O qué soy?
¿O no soy? Ayer...
¿Era? ¿O tampoco era?
¿Qué era?
¿Voy? ¿A dónde voy?
¿O tampoco voy?

Me detengo, paro en seco,
soy tan solo un sordo eco, 
un reflejo en el vacío,
un jardín de rosas negras,
la consecuencia de un sueño
que tiene sus alas chuecas.

Fijo la mirada y veo;
Ojos grandes y verdosos,
con labios rojos, sensuales,
caras de bellas facciones,
cuerpos de grácil silueta
para romper corazones.

Sombras oscuras que vagan
cabalgando en las tinieblas,
sombras de sonrisa incierta,
sombras que nos amenazan,
pardas sombras que intimidan
hasta a las más recias almas.

En noches de luna llena,
noches de agónico llanto,
noches de lamento y rayos,
en noches de luna espesa,
noches en las que nos rondan,
nos persiguen, nos acosan,
nos encuentran y destrozan.

Entonces en esto pienso;
Pero, después de la Muerte,
¡qué misterio! ¡¿Qué vendrá?!
Gusanos a roer cuerpos,
y no sueñes, ¡nada más!
Cruces en la fría tierra,
solo noches y mas noches,
todas con la luna espesa
y la Muerte cabalgando
con su pálida sonrisa,
colgando sobre los labios.

Y en mis adentros pregunto;
¿Y aquellos egos eternos,
aquellas lindas siluetas,
aquellos gráciles cuerpos,
qué será ahora de ellos, 
tendidos bajo la tierra?

Mercedes Bou Ibáñez

Posdata; 
A disfrutar y no seáis tontacos,
lo que se habrán de comer los gusanos,
que lo disfruten antes los cristianos.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.