El humo que despierta los sentidos.

En el universo de colores vivos,

donde la mente se llena de suspiros,

se vuela alto, se traspasa el umbral,

ha llegado el momento de fumar un gallo sin igual.

 

El humo se eleva en espirales infinitas,

se entrelaza entre neuronas benditas,

despierta sensaciones ocultas en el ser,

y se acerca profundamente al poder de entender.

 

Las luces brillan intensamente,

mientras la realidad se transforma en presente,

el tiempo se diluye en un instante eterno,

y el gallo se convierte en un canto interno.

 

La risa se escapa entre carcajadas perdidas,

pues la locura es ahora una salida,

los sentidos se agudizan, se multiplican,

y en cada bocanada, la mente renace y resucita.

 

Las formas se distorsionan, se fragmentan,

el mundo se descompone, se desatan,

los pensamientos vuelan como estrellas fugaces,

y los sueños se materializan en fantasías audaces.

 

En este viaje psicodélico y sinuoso,

el gallo nos guía hacia lo desconocido,

nos abraza con sus plumas mágicas,

y nos lleva al éxtasis en su vuelo tan especial.

 

Atravesamos dimensiones desconocidas,

donde las ideas se vuelven atrevidas,

donde la mente se expande hasta el infinito,

y la percepción es elevada a un plano distinto.

 

El gallo es el guía en este viaje surreal,

donde se pierde todo miedo y temor,

donde el universo se vibra en cada poro,

y el fumar se convierte en una puerta hacia el amor.