Episodio 23.

Que haces al respirar, que se siente el palpitar,
relleno de ganas, encuentro de almas,
el pasado el futuro y quien soy hoy,
todos son el mismo en el fondo lo se,
nos vemos tan diferentes, pensamientos casi igual,
todos las telarañas se disolvieron por si solas.

Las inocencias se encontraron de nuevo,
mientras la poesia fingia ser callada,
mientras los versos se aferran,
expresando a gritos, lo que vendrá.

decretando una nueva realidad,
cambias tus habitos, cambias el dialogo,
reaccionas alas reacciones, 
& las emociones en juego claro.

Las movidas solo de ajedrez, las damas chinas quedaron atras ya,
en la ultima silla en el fondo, asiento general,
aun las incluyo en la lista, por si me toca rebajar,
a niveles bajos el contenido intelectual,
por que jugar con los sobrinos de cuatro,
siempre es algo bastante genial;
y se mueve algun caballo bajo mi mando,
mientras el juego esta por a su final llegar,
jaque mate anticipado, pero nunca precoz.

Intenciones bien intencionadas, siempre siendole fiel a Dios,
a los mandamientos sagrados, siendole real a quien honestamente soy,
sin definir demasiado, entre palabras humanas, palabrerias mundanas,
definiendo con intencion en el alternativo, en la palabra espiritual;

donde solo somos atomos, atomos nada mas,
donde solo somos atomos, atomos nada mas,
que flotan y disfrutan, no conocen de mas,

El universo es la pista de baile, baile sin gravedad,
ni ideologias de la tierra, encontrando lo especial,
las historias de estrellas, que no dejan de inspirar,
las reglas inusuales, y el como deberse comportar.

Escrito todo esta ya, me dice quien el tiempo pudo investigar,
pero escribe, es lo unico que debes de verdad dominar,
encontrar los recovejos, explorar la realidad, 
que se aferran los projimos a querer encapar.

Entre las telas que se producen de los montes, 
pretenden configurar, personalidad, secretos y valores,
una imagen por intentar proyectar, donde no existen los reflectores,
esos detalles sinceramente dejan de importar,
entre telas que se producen de los montes
que el cielo siempre da, pero que no libera por sorpresa,
el silencio que nunca realmente se va.

Incitan con ruido insincero, lo que pasa de verdad,
como se describen los sentimientos, sin ponerse sentimental,
como se empiezan las tareas que parecen no tener final,
como se emprenden los inventos en una sencilla realidad,
encamina la ancestreria, aprendiendo a contemplar,
la simplicidad de la vida misma, en cada atardecer por el mar,
como se encuentran las flores con el cielo,
mientras el mes del año permita concretar.