Un poco mi

No he tenido la oportunidad de hablar de mí, aunque hoy deseo ser diferente. Tan consciente de la realidad como de la imaginación en verbos prominentes.

Pero más que palabras, te cuento mi historia de amor. Tan ciclotímico como un canal confuso y punzante como una lanza en el corazón.

A pesar de pasar por diferentes etapas, siempre di todo y con angustia terminaba palpitando mi dolor.

Conocí el miedo y la desesperación, aunque en constante percusión, resonaba las mentiras y la desilución.

Siempre quise justicia, que tocaran mis mejillas y me abracen hasta que salga el sol, que apreten mi mano como si no quisieran soltarla y de esa forma creer que aún existe el amor.

Jamás quise menos a alguien, disfrutaba cada segundo quien recibía mi atención, pero nunca me creían, era la maldición de ser libre, de darlo todo, sin miedo a la reputación.

Que dirán de mí, el espejo consejero que abre grietas que no se pueden cerrar, aceptar la realidad presente y continuar sin derramar una lágrima más.

Me equivocaré hasta que encuentre la mejor opción, hasta que vea que alguien realmente se interese por mí, que no tenga miedo a amarme, sin miedo a sufrir y a ser felíz.

No desearía vivir en una intensa queja del pasado, son lazos de daños no perdonados del corazón. Son pensamientos recriminadores de una inestable elección.

Viviré mirándote a los ojos, esperando el momento perfecto y pasible, donde me mires con esas ganas de ser honesta y quieras contar conmigo una nueva historia de amor.