tus manos

Tus manos fueron pan de trigo.

donde mis manos sembraron
cada mañana caricias que el tiempo
cruel enemigo experto de soledades
se arreglo ingeniosamente
borrando las ilusiones
partiendo sin avisarme.

Pero fueron ellas, tus manos
que han acariciado el silencio de mis labios
y el sudor de mi frente y, el andar de mis años.
cuando rozan mi cuello
o se posan sobre mi frente
tus manos (tus blancas manos)
sí
un sueño inolvidable que no muere...

cuando ellas, así de diáfanas, alegres como el trigo
vienen cada mañana.
Con ternuras de alas, con perfume de campos...
a entrar por mis ventanas