El abismo de un poeta.

Llegó el momento, arrodillado ante el abismo, es tu hora. Se acabó tu tiempo, dejaste algo en tu camino, cerraste los ciclos persuasivos, se apagó la luz, tu corazón se fundió como el acero que con la vehemencia del fuego lo hace arder, aquel ingrato atardecer, noche de penumbras, almas abrumadas, gotas de lágrimas de ojos fanales por él, quedará en el recuerdo, imborrables legados de tu sacrificio permanente, ¿te recordarán? Aquellos que pedían tu ayuda a gritos forajidos, no te olvides de tu origen, tu alma, tu espíritu, letargo momento, aquel varón se fue, no volverá, se acabó su tiempo, solo recuerdos en las bocas de los observadores. volverás algún día, qué vamos a saber, es incierto, misterio insondable de la vida, preparaste tu transición, no eres eterno, acuérdate de eso,porque te llevas ese buen reloj de diamantes encandilados, este lugar no se permite llevar lujos banales que te importaron tanto por nada, te has preguntado el raro fenómeno del vivir.