Querida mejor amiga, mi hermana

Con esto quiero dejar en el olvido lo que significas te en mi vida Querida mejor amiga, mi hermana.
Tardé demasiado en hacer ésto y es que no quería gastar tinta ni saliva, mucho menos emociones y sentimientos, trayendo a mi mente el dolor y sufrimiento que me causaste.
Yo era una niña solitaria que no era buena haciendo amigos, mi único lugar seguro era detrás de la pierna de mi padre, estar a su lado me hacía sentir en paz.
Has contado tantas veces algo de lo que yo no participe en recordar, que mi propio padre te dijo "Métele sus patadas para que deje ser tan fresita/mamona", dijiste que él te pidió ser si "amiga".
Cada vez que escuché esa anécdota tuya, me dolía saber que a quien yo le di mi cariño, mi amor, mi hermandad, mi confianza, no era merecedora de ello. 
Lloré al graduarme de la escuela, no por los compañeros, no por mi padre, ya hacía un año que me había abandonado, lloré a mares por que dejaría a mi hermana del alma, por que entre mis cosas y las tuyas ya no sería lo mismo y no veríamos y volvería a estar sola y ésta vez ya no tenía un lugar seguro donde estar en paz, sin miedo.
Así fue, nos distanciamos y nos vimos muy pocas veces, empecé a notar esa particularidad tuya de ser dominante y manipuladora y yo tonta por la necesidad de seguir conservando algo que ya no existía, tu amistad, esa que ya se había quedado en el pasado, como los días de juegos de niñas de primaria.
Dolió crecer nuevamente sola, sin volver a tener una amiga que fuera tan valiosa para ser mi hermana, ese lugar solo era de tuyo Margarita, aunque ya sólo era en recuerdos. Crecí y crecí sola de ello, viendo y añorando tener una amistad real y leal.
Coincidíamos en momentos, más no en pensmaientos y eso te comenzó a disgustar, tus palabras siempre hirientes, siempre grotezcas, ya no me eran agradables y llegó el día en que dije no más, no soy un juguete de trapo a quien puedes decirle de cosas y no va a chistar.
La conversación se volvió acalorada hasta el grado de escucharte mi familia, ofenderme en mi propia casa, en lo que era una cena entre amigas para ponernos al corriente, hasta que tus gritos y reclamos, por no estar deacuerdo contigo y con las cosas malas que hacías, esas frases que me dejaron marcada, por que de por si yo cargaba heridas pasadas. Más escuchar de quién yo consideré mi hermana decirme "Jamás quise ser tu amiga, lo hice por que tu papá me lo pidió, si nadie te quería".
No fue la única vez que hablaste de eso, incluso llegaste a decir que mi madre y hermanos, decían de mí que estaba loca.
Dolió mucho recibir eso de alguien en quien me refugie por mucho tiempo y en quien creí era verídico su afecto, siendo todo, una mentira.
Años pasaron sin volver a comentar nada de ti, aún sabiendo de las cosas que decías sobre mí, sobre mi familia, tristeza y pena me causaba y me preguntaba, por qué no podía sentir rencor u odio por ti y es que aún guardaba en mi corazón, que algo de aquella hermandad más que amistad hubiese sido cierto.
Una reunión de compañeros de primaria nos volvió a juntar y el volver a escuchar tu misma anécdota y el querer volver a manipular me a tu antojo, no fera algo que permitiría, tan poco dejaría que sacarás veneno contra mi y los mios, una nueva confrontación se dio, tan fuerte que entrometiste a segundos y terceros y aunque fui honesta y hablé con la verdad, tus manipulaciones y formas de envolver a la gente y además el hecho que a mí nadie me quiso nunca en la escuela, volvimos a tu supremacía y a gritarme ante tantos que: A mi nadie me quería ni quiere, que hasta mi madre y hermanos te quieren más que a mí, Que solo fuiste mi amiga por qué padre te lo rogó y que nadie nunca quiso tener amistad conmigo, que si algunos lo fueron, fue por que tú se los decías.
Hablas mal de todas esas personas y creas chimarajes de sus vidas, tú qué me contaste tantas cosas, de las cuales no dije nada, me avisaste de hablar de ellos.
Aquella que yo quería tanto, me dió un revés tan grande, en verdad nunca fue mi amiga, todo fue mentira una gran hipocresía y con el descaro de decir que yo envidiaba tu vida.
Envidiaria tu vida, si tuvieras un amor de ensueño, los mejores hijos que se pudieran pedir, la casa más preciosa, la felicidad, salud, paz desbordante en tu vida. Más al contrario, me dolía ver tu infelicidad, tus frustraciones, tus carencias y aún a pesar de ser cómo eras deseaba poder apoyarte. Más toda tu maldad se hizo presente y salió a flote, te ganaban las ansias por hacerme daño y ya no solo hablando mal de mi, ahora prohibiéndo le a la gente fuesen amigos míos. Me quisiste dañar y lo lograste, dolió por que te quería de verdad, desde que te dije que "no eras mi amiga sino mi hermana".
Medite y pedí por tu paz, por qué de mí parte dejaría en paz y borraría de mi mente y recuerdos tu nombre, dejaste de ser alguien para mí.
Por ello no quería gastar mi tiempo en ti, pero aún traía clavada la tristeza de esa traición y de ese golpe tan duro de haber amado a alguien tan poca cosa.
Hoy con este escrito firmó y sello tu muerte en vida, así como la de un sentimiento hacia ti, ya ni lástima por que ni eso pienso evocar por alguien que en lugar de sangre tiene veneno. Lástima por los que te rodean que aún no han visto tu verdadera cara Gorgona, pediré por qué no lastimes a nadie como me hiciste a mi.
Amigas como tú? prefiero mi soledad.

Nadmoon