CUANDO EL AMOR CAE EN UN ABISMO. Parte 4

RENNY LOYO

Como empresario joven, era ambicioso, le gustaba hacer muchos amigos, así su círculo de amistades era muy amplio y diverso. Las fiestas eran el pan nuestro de cada dia para mantener alegre y contenta a sus amistades, era una forma de estrategia empresarial para mantener a su empresa en el tope de la popularidad. Su ramo era el sonido y el Tuning, gracias a sus contactos con el comercio extranjero, se podía dar el lujo de resolver cualquier exigencia de los clientes. A sus 25 años, conseguía ser un hombre exitoso.

 

Vitorio, siempre tenía en sus fiestas como invitados especiales a los profesores de la universidad. En su apartamento, continuamente había fiestas pequeñas todos los viernes, chicos, chicas, profesoras y el licor nunca faltaba. Hablaba de sus éxitos, de sus sueños, de sus estrategias, y de cómo todos podían ganar dinero con él. Siempre tenía una oferta de negocio para quien le solicitara ayuda. A si expandía su negocio y creaba nuevas ramas que le sirviese a su empresa principal. Delegaba en otros sus necesidades de suministros y les enseñaba los trucos del negocio. Incluso les prestaba dinero. De esta manera, los tenía a todos bajo su control. De esa manera se sentía todo poderosos y comenzaba a imitar el poderío económico de su padre.

 

Cuando me fui de casa, él fue quien me auxilió y dio alojamiento. Me contrató como ama de llaves y asistente, una especie de nana y secretaria privada, que lo atendía en su propio apartamento. Me dio un cuarto que, gracias a Dios, me daba privacidad, el me la respetaba y nunca se insinuaba. Al contrario, se mostraba tímido cuando estaba en paños menores buscando cosas por todo el apartamento. En principio pensé que era gay. A veces se encerraba en su cuarto con amigos muy frívolos. Oían música, y el humo de la marihuana siempre se escapaba por debajo de la puerta. Luego, ellos se iban como a las 12 de la noche, él se quedaba dormido y siempre estaba yo ahí para ponerle su pijama. Menos mal que en la mañana no se acordaba de nada. Yo actuaba como una nana. Su café, desayuno, su ropa limpia de tintorería, todo debía estar en orden en su cuarto, incluso el paquete de mariguana regada en la alfombra debía recogerla con cuidado y colocarla en el pote donde tenía sus cosas. Sobre la marihuana, él nunca me insinuó que yo debía recogerla, solo que yo en mis atribuciones, lo hacía como parte del orden que se debía mantener en este pulcro cuarto.

 

Después de unos minutos volvió a la realidad, decidió dar una vuelta por el vecindario para ver si encontraba a alguien que pudiera ayudarla. Alguien tenía que contener a Michael, no se puede andar toda la vida golpeando mujeres.  El hecho de que Michael nunca haya conocido a sus padres, no era razón para que ella recibiera el rencor acumulado por el abandono ellos, es más jamás conocí a sus padres. Tengo entendido que ellos viven en otra ciudad, lo malo es que son alcohólicos y consumen droga, así que tenerlos en su casa, más bien le traería problemas a él, pero el sufrimiento de haber estado sin ellos por más de 25 años, era dolorosos. Incluso no tiene clara la imagen de sus rostros. Ni un retrato de ellos para consolarse. A sí que Michael, de ser un chico dulce, durante los seis meses de noviazgo, es el monstruo que hoy en día, vive en la casa, borracho, drogado y maldiciendo su suerte. (Continuará)

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  • Autor: RENJOSLO (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de agosto de 2023 a las 15:56
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 2
  • Usuario favorito de este poema: Nitsuga Amano.
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