La Fila

La Fila

 

Ahora que es de noche y es tranquilo
camino sin nada de premura
y yo que tengo claro mi destino
llegué al único comercio abierto.

 

Comprarle a los cachorros su comida
y me formé en la fila,
y yo no tengo otro motivo
pero se cruza sin embargo tu mirada.

 

tus ojos detrás de esos cristales
tan redondos y tan puros,
tus labios como carne
que me dan ganas de probarlos.

 

y como no soy un hombre común
pregunto “Cuanto sería?”
con ganas de querer intimar contigo
diciéndote lo bella que me has parecido.

 

tus manos al darme el cambio
acariciaron tímidamente mis necias manos
me abrieron un mundo inexplorado
enseñaron lo suave que puede ser un tacto
lo suave y dócil que puede ser un alma.

 

podría decirte que vi el cielo
podría decir que en tus ojos coquetos
se reflejó unos momentos el averno
y sin embargo, podría cruzar los 9 infiernos, si ello me hace verte del otro lado.

 

tu figura en ese traje de vendedora
prometía un paraíso desconocido
tus curvas pronunciaban una pradera
que podrían llevarme al firmamento.

 

tus armas corporales se ocultaban
y yo tenía un miedo enorme de que machucaran mi mirada
tus labios al compás me conjuraban gracias
tus cabellos rebeldes tenían fiesta detrás de tus orejas.

 

tus piernas que traían a mis ojos tanta borrasca
encallaron en mi hangar mental
te mecía el viento tu cabello
y a mi me aniquilaba el tiempo muerto.

 

Me llevaste con la mirada
solo pude verme en tus ojos tan redondos,
mis manos te advertían
lo coquetas que pueden llegar a ser.

 

y yo queriéndome morir en ese instante
retratando tus labios y los míos
yo queriendo amarte con locura
y mi turno en la fila se acabó.

 

F. Martínez