A mi eterna amiga.

Endimión

A veces se esconde y no sale, parece que sigue molesta, y es que discutimos hace un tiempo y ahora a mis llamados no contesta, por detrás de sábanas blancas esconde su luz, nos seguimos viendo, pero ya no nos hablamos, y es que ella nunca lo entendió 

 

Paso un tiempo, y a veces por mi ventana se suele asomar, intercambiamos palabras, pero no con la misma fluidez que solíamos tener, aún tenemos algunas heridas de aquella noche y es que no nos entendimos, gritamos sin decir nada nos alejamos uno del otro y supongo yo, que cada uno se ocupó de sus cosas, ella encontró a otros como yo y en mi caso hice lo mismo encontré en otra lo que hace un tiempo había perdido 

 

Como amigos quedamos y aunque al vernos recuerdos nos invaden supimos mantenerlos al margen, conversamos de noche como era nuestra costumbre, supimos explicar lo que con gritos quisimos solucionar aquella fatídica noche, explique con tinta lo que no pude con palabras que no es que ya no la necesitara, solo que encontré en otro lugar una infinita fuente de nueva poesía, ella confesó sentirse ofendida revelándome que pensaba ya no la necesitaría, riendo quedamos ambos, saque mi tinta, me senté y me dispuse en su honor escribir una última poesía cómo solíamos hacer hace ya tantos días, recordamos, vivimos y bailamos y agradecí a la que será por siempre mi eterna amiga...

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