Cinthia

Pluma de Fuego


AVISO DE AUSENCIA DE Pluma de Fuego
ET IN ARCADIA EGO

Sin ti en mis días, el sol luce como un faro entenebrecido,

la luna es una sombra más oscura que la noche,

el calor es imperceptible y el frío es insensible,

las flores brotan marchitas en su antesis como si estuvieran malditas.

El aire me asfixia, me ahogo en la deseperación de no  estar entre tus brazos,

solo tú puedes rescatarme de la soledad, en la que tu ausencia me sumerge día a día.

 

Te das cuenta de cuánto te necesito, de lo inprescindible que eres para mí,

mi corazón, mi amor, mis labios, mi alma, mi espíritu y mi vida entera, te aclaman;

si tú no estas conmigo, no amanece, no se oye el dulce trino de las aves,

la música se percibe como una bisagra vieja y oxidada,

las campanas no dan sus frecuencias acústicas, ni agitadas por el huracanado viento,

si ves la alegría en mis ojos cuando estoy contigo, sabrás cuando tú no estás; lo que en ellos se refleja y lo que siento.

 

Te amo, lo sé, lo presiento y lo siento,

desde la primera vez que te vi, supe que contigo había cedido mi corazón,

las palabras que estan hechas un nudo en la garganta,

se desatan cual gordiano nudo, para ser expresadas a los cuatro vientos,

o grabadas en las paredes del sagrado templo de tu corazón,

ese mismo que me brinda su amor con una devoción que se agiganta,

procurando no profanarlo, para no perder la pasión,

recibiendo cada día de su Sanctasanctórum tu bendición,

 

Luces en tu andar como un cisne en el agua, hermosa, majestuosa y elegante,

mis ojos te ven en la distancia, al no divisarte, te buscan incesantes hasta encontrarte,

por orden de mi corazón que lo que anhela es amarte,

que en caja de cristal te aprecia como el más puro y fino celestial diamante.

 

 

Tus delicadas manos al saludar se baten, como las alas de los angeles,

siento que nos elevan a celestes lugares,

donde puedo tus labios detrás de las nubes besar,

o sobre ellas nuestros cuerpos acostar,

y hacer que comience la precipitación,

una lluvia de besos, un diluvio de pasión,

que no cese la tempestad, que aumente su intensidad,

y que el  cielo azul de tus ojos, no se abrá;

hasta habernos cubierto con cada gota de lujuria que cayó del cielo al mar,

generadas por la lasciva nube de tormenta,

que nuestros cuerpos perfectamente acopló,

pues ambos se complementan.

 

Aflorece como un haz de luz entre las nubes,

tu hermosa y cálida sonrisa, sincera, dulce y amorosa,

resaltando tu celestial faz, por lo cual luces;

bella, divina, como sólo tu misma eres… una diosa,

por lo cual; te amo con pasión y me inclino a tus pies,

ofrendándote del humilde jardín de mi corazón la más primorosa rosa.

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