Preferencias de un sátiro

Alexander Elías

 

 

No hay nada más excitante 

que tener sexo con una sumisa,

llenarle la boca de besos,

llenarle la boca de carne,

llenarle la boca de fuego 

y en todos sus recovecos 

rebosarla de amor hirviente

hasta hacerla desfallecer.

No hay sexo más satisfactorio

que copular con una sumisa,

escucharla suplicar,

¡más rápido, más hondo!

ponerla a cabalgar,

duro y a fondo,

una y otra vez,

arriba y abajo, acostada, 

una y otra vez,

sentada o de pie,

una y otra vez,

en la ducha bajo el agua 

una y otra vez

y que explote en múltiples orgasmos 

y que grite a todo volumen su placer. 

No hay nada más salvaje y animal 

que tener sexo con una sumisa,

sin reservas morales,

sin hipocresías,

sin freno, ni filtro,

sin miedo al después.

No hay nada más delicioso 

que escuchar gemir a una sumisa, 

desatar su locura con sucias palabras,

derretir sus entrañas,

pulverizar sus miedos,

abrirle los ojos a la oscuridad

e ilumirale la piel con caricias solares. 

¡Ah! Pero que majestuoso 

es poseer toda la noche a una sumisa,

anudarse a su cuerpo entre sombras

en múltiples formas sexuales 

y acabar desnudos,

sudando lujuria, 

a las puertas del amanecer.

 

Alexander Elías2023 

#perversioncitas

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