Podríamos quedarnos un minuto, o tal vez para siempre

Podríamos quedarnos un minuto, sumergidos en el tiempo,

dejando que el presente sea nuestro único aliento.

Un minuto eterno, donde los latidos se entrelacen,

y los suspiros susurren secretos que nos delaten.

 

O tal vez, podríamos quedarnos para siempre,

unidos en un abrazo que ningún viento arranque.

Para siempre, explorando los rincones del universo,

tejiendo historias de amor en un eterno verso.

 

Podríamos quedarnos un minuto, y en él sentir la eternidad,

con cada caricia, cada mirada, cada palabra compartida en intimidad.

Un minuto donde el mundo se desvanece y solo existimos tú y yo,

creando un momento que trasciende y se vuelve nuestro tesoro.

 

O tal vez, podríamos quedarnos para siempre,

desafiando al destino y a sus reglas efímeras e incoherentes.

Para siempre, construyendo nuestro propio universo,

donde el amor sea el lenguaje que nos guíe y nos converse.

 

En un minuto o para siempre, la elección es nuestra,

de entregarnos al presente o de construir una historia lustrosa.

Lo importante es que cada instante juntos sea vivido intensamente,

y que en cada segundo compartido encontremos la felicidad plenamente.

 

Entonces, decídete, mi amada, mi eterno suspiro,

si nos quedamos un minuto, o tal vez para siempre.

Porque en tus ojos veo la promesa de un amor eterno,

donde cada minuto será para siempre, un sueño tierno.