Una charla asombrosa!

Leilaf




Cuento.

Luego de un día muy largo de trabajo, al cumplir mi turno me dirigí a casa.
Me di un buen y extenso baño relajante y me dispuse a preparar la cena.
Una vez realizada, encendí el televisor y me senté a la mesa.
Tranquilamente comí mientras miraba una bella película animada y al finalizar, levanté todo, lavé los utencillos utilizados, sequé y guardé todo en su debido sitio, me higienicé la boca, cara, manos y me fui a acostar.
Ya en la cama, tomé un libro el que leí por un rato hasta que me venció el sueño y me sumergí de lleno en el mismo.
De pronto me encontraba en un inmenso bosque, rodeada de una vegetación increíblemente frondosa con miles de flores de diversas clases y colores que daban como un toque mágico al lugar.
Caminaba yo por un sendero cuando de pronto a su vera iban apareciendo una gran variedad de animalitos pequeños que saludaban a mi paso y me mostraban hacia dónde debía de dirigirme.
Continué andando con ellos por largo trecho hasta que llegamos a un ancho y largo predio desmalezado y rodeado de gran cantidad de frutas.
De repente de entre los arbustos fueron apareciendo más cantidad de animalitos oriundos del sitio, pero lo que me llamó sumamente la atención, fue que pese a que entre ellos habían también, muchos feroces y temibles, ninguno era agradido por el otro y todos en perfecta armonía.
No lograba mi cabeza comprender qué estaba pasando.
Cómo era que hubiese tanta paz entre ellos.
Por un lado, se veía platicando a un tigre con una ardilla, la serpiente con el ratón, un inmenso cocodrilo con un pequeño ciervo y como eso, podría pasarme el día entero en enumerar la cantidad de distintos casos.
Jamás hubiese imaginado una reunión así.
Cuando tomaron conciencia de mi presencia, se produjo un inmenso silencio y el total de sus ojos voltearon hacia mi.
Algunos comenzaron a temblar, otros, como el león, la hiena y el yacaré, adoptaron una posición como de ataque o de defensa.
El silencio aterraba más que sus posturas y miradas.
Muy lenta y sigilosamente, se me fue acercando un conejo con ambas orejas paradas y con la mirada puesta sólo en mi sin parpadear siquiera.
Cuando llegó a casi un metro de distancia, se detuvo y con una vocesita suave y entrecortada preguntó...
Tú eres un humano verdad?
Qué haces aquí? 
Por qué has venido a la reunión anual de admistia de la selva? 
Quién te mandó? 
Estás solo? 
Vendrán más personas? 
Y así me bombardiaba a preguntas que no llegaba a responder ante tanta y tan seguidas que eran. 
Resumiendo, me senté en el suelo y pausadamente intenté ir respondiendo. 
Al principio notaba que muchas de mis respuestas no eran aceptadas y mucho menos creídas, pero luego, con el correr del tiempo, el diálogo comenzó a ser más fluido y convincente. 
Cuando por fin se dieron cuenta que estaba en son de paz, se fueron acercando despacito de uno en uno hasta rodearme por completo. 
Comenzó a escucharse una música suave que ni idea cual era su origen y la charla se hizo totalmente amena. 
De pronto pasamos a ser como hermanos, sin diferencia alguna de raza, credo o religión. Todos festejabamos ese especial y único día en el año de admistia total, donde no existía agresividad alguna. 
Cantamos, bailamos, nos abrazamos y reímos a más no poder. 
Lentamente fue apareciendo la noche y a su paso se iba desintegrando esa bella, inimaginable y extraña unión hasta el punto en que quedamos tres, el pato José, el conejo Serafin y yo. 
El resto habia desaparecido por completo. La admistia había culminado y todo en la selva volvía a la normalidad de siempre hasta el nuevo año. 
Recibí una explicación de ambos y al final desperté y me quedó como experiencia y moraleja, que en la vida todo se puede, hasta lo que creemos más imposible. 
Todo depende de uno! 
Amados amigos, sólo espero que les haya gustado y de alguna manera, pongan en práctica a sus deseos. 
Sean libres porque la vida es esta y se escapa de manera muy fugaz. 
Felicidad para todos

Leilaf
30 de mayo de 2023.

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Comentarios2

  • Omaris Redman

    Excelente cuento y mejor la moraleja que nos dejas, saludos cordiales,

    • Leilaf

      Muchas gracias si hay que disfrutar el dia a dia❤

    • Lualpri

      Bonita historia, poeta!

      Gracias por compartirla.

      Tenga usted un excelente día! 🌸

      • Leilaf

        Muchas gracias❤



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