Cobarde

Ante tu mirada radiante,

mi corazón se llena de encanto,

y en mi pecho la valentía se agita,

pero mis palabras se quedan en el canto.

 

 

Intento acercarme con temblor en las manos,

buscando el valor para expresar mi sentir,

pero la timidez me invade como un manto,

y las excusas se convierten en mi refugio sutil.

 

 

Me hago eco de las palabras no dichas,

que se acumulan en mis labios cobardes,

mientras la oportunidad se desvanece,

y mi amor por ti se aferra a los alardes.

 

 

Me atormenta la incertidumbre de mis pensamientos,

y en cada encuentro, mi voz se desvanece,

soy prisionero de mi propia indecisión,

y en la cobardía mi corazón se estremece.

 

 

Quizás mañana, el sol sea testigo,

de un valiente susurro que llegue a tu oído,

quizás mañana, las palabras encuentren su cauce,

y mi amor por ti se despliegue sin medida.

 

 

Pero por ahora, me quedo aquí, en silencio,

observando desde la distancia tus pasos serenos,

soñando con un mañana que me brinde el coraje,

para hablar sin temor y entregarte mis anhelos.

 

 

Cobarde soy en mis acciones presentes,

pero el mañana es un lienzo en blanco,

donde tal vez encuentre la fuerza en mi mente,

y rompa las cadenas que me hacen tan falto.

 

 

Hasta entonces, mi amada, esperaré paciente,

a que el destino me dé la señal oportuna,

y en ese instante, mis miedos abandonaré,

y mi voz clamará por ti, llena de fortuna.

 

 

Cobarde hoy, pero con la esperanza en el alma,

de que un nuevo día me brinde el valor,

para confesarte el amor que por ti me quema,

y en tus ojos encontrar la respuesta que añoro.

 

 

Mañana, quizás mañana, en el resplandor del alba,

las palabras encontrarán su camino hacia ti,

y en ese instante, seré valiente sin falta,

para decirte al fin lo que por tanto tiempo callé en mí.