Son tus pies dos pájaros
revoloteando de rama en rama,
cuando descalzos,
besan la hierba mojada
con el sutil rocío de la tarde.
Son ellos dos niños
jugando al escondite,
cuando con cada paso que das,
tímidos asoman
por el borde de tu falda.
Quiso el destino,
que en el derrotero de la vida,
tus pies,
se cruzaran en mi camino
y su tibieza
dejara huella en el alma,
indeleble,
cómo el cincel del viento
que esculpe,
la ladera de la montaña.
Oh, benditos tus pies alados!
Que un buen día iniciaron viaje
y te trajeron a mis brazos,
encontraron en mí reposo,
más no detuvieron sus pasos.
-. PaR
Derechos Reservados
16052023
-
Autor:
Par (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 16 de mayo de 2023 a las 16:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
Offline)
Comentarios1
Muy bonito poema!
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