Abecedario

Gustavo Echegaray

Quiero aprender tu cuerpo,
hacer de él mi destino,
aprenderlo como aprenden
el abecedario los niños.

Escribir sílabas dulces
sobre el lienzo de tu piel morena,
hasta que broten los versos
como flores en tierra sedienta
abriendose al primer rocío.

Seguirlo todo de memoria,
como un rezo sin final,
deletreando los renglones
que duermen en tus caderas,
mientras la noche,
respirando tu perfume,
me guarda en su misterio.

Deslizarme como un duende,
ser jinete de tus senos,
y cabalgar, sin retorno,
los extremos del amor
y del deseo que me incendia.

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