ESTÁ BIEN

    Está bien siempre sentir temor por todo lo desconocido, sentir inseguridad por aquello que irrumpe de manera fortuita, agradable a una vida que sin estar esperando y en ocasiones renuente ha comenzado a dejarse caer si ni siquiera notarlo, con culpa por tener el tiempo limitado, pero la vida no puede serla.

 

    Está bien, en un simple minuto hay sesenta (60) segundos en los que se puede respirar, parpadear, reaccionar a un estímulo de la forma más deliciosa y maravillosa, en una hora existen sesenta minutos, que son suficientes hasta para construir ideas, pasiones, recibir la mejor clase en la vida, tener un momento para disfrutar de un café, más que idóneos para que dos personas pueden verse a la cara y recordarse para siempre…

 

    Pero incluso con todas las situaciones que se pueden presentar en sesenta y un minutos, no les ha sido suficiente en más de mil ochenta juntos en tres días distintos, porqué la vida y su relacionamiento no está parametrizado por el espacio - tiempo, es intangible, aunque se pueda cuantificar en horas, es relativo.

 

    Está bien,  la voluntad convertida en un precipicio los haya arrimado a una caída libre al vacío que en plena libertad y confianza de poder volar es la única razón en la que han de existir dos personas mirándose a la cara, sonriendo, pensando que podrá pasar, dándose cuenta que el tiempo realmente es una construcción social destructora de su intimidad, del disfrute de la compañía del uno por el otro, en el que ese minuto o dieciocho horas juntos son tan efímeras como infinitas, porqué para ambos se han entrelazado sus línea del tiempo, dejando atrás lo conocido sin retorno a esa vida.

 

    Está bien intentarlo, así sea por un segundo de felicidad.