D E L I A

Hoy me he enterado que fuiste feliz,

y tu imagen ante mi  totalmente cambia:

Fuiste la Tía solterona de mi infancia,

fuiste como la monja de la familia:

siempre triste y solitaria,

insignificante,

olvidada...

Un día incluso, ya no estabas:

te fuiste para siempre y no pasó nada.

El mundo siguió girando al revés,

y nosotros, los sobrinos, nos hicimos viejos;

y ustedes, los tíos de una larga familia,

se fueron sin dejar nada....

¿De dónde vinieron sus almas?

¿Y yo, seré de la misma alcurnia?

Casi justifico que Delia jamás soñara…

Y ocurre que hoy, casi por  casualidad,

encuentro aquella vieja foto familiar de la boda de Ótmara,

en la que no estoy porque s no había nacido,

y mis primos mayores eran solo niños,

y mis padres todavía casados no estaban…

Y en esa vieja foto, Delia querida,

madrina de mi infancia,

descubro tu imagen joven e impactante,

tremendamente hermosa,

nada que ver con aquella insignificante solterona,

que conmigo jugaba.

Y me entero además que esa mujer alta y atractiva,

jamás fue solterona, aunque no se casara.

Porque fuiste feliz a tu manera,

viviendo en brazos de un secreto amor,

que todos conocían y nadie mencionaba.

Misterio de novela de los años 40,

ni siquiera conocemos hoy el nombre de aquel Romeo,

que nunca te llevó al altar por la puerta de entrada...

Por eso hoy soy feliz, sabiendo que tú lo fuiste.

y me fascina saber que un misterio familiar nos rondaba...

y que cuando los niños de la familia ya dormíamos

en aquellos días de la vieja Habana de nuestra infancia,

la Tía Delia, desbordante de amor,

salía del casón familiar por la puerta de entrada.

    Frank Calle (18/ marzo/ 2023)