EL ALMA ROJA

«La música es la voz del espíritu»
(AlyParCa)

 

 

Madre de alma roja,
razón de mis denuedos,
de un dolor que nunca engaña
a estas alturas de la vida,
exprimes tus pechos
arrancándote un ansia atrevida,
entre mis dedos,
hasta la última gota,
de tu exuberante entraña.

Como ángel caído del cielo
unas ninfas blancas,
dueñas de mi desvelo,
penetran en tu atmósfera
y de un salto te enancas,
a horcajadas y con voz india,
invocas al horizonte
desde un caballo desbocado,
desgarrado de aguerrido arraigo
y una cadente melodía,
«sempiterna»,
empuñando entre tus miedos,
unas uñas escarban la carne
de estas áridas y labradas manos mías.

«El sonido de tu boca,
el aullido de tu garganta
y el gesto de tu cuerpo,
me despierta nostalgia».

.El viento suena por sus cavernas
recorre sinuosos sonidos,
un desgarro sangriento
se alza hasta el fin de la frente.

«No puedo seguir».

Una corriente,
de agua cristalina,
nubla mi mente.

Son los timbales del trote,
mientras suena una trepidante melodía,
aunque parezca increíble reverberan
entre los acordes de una ventisca,
en un lenguaje desconocido
de ancestros vivientes.

Esta pena mía,
de una madre de alma roja,
de este hijo descarnado
de toda experiencia de vida,
ha roto la brisa que recorre
el taller de una sonrisa,
sufraga entre risas,
el destino de su alma
contra el frescor de tu sonrisa.

El anverso del verso ©2023
El alma
Alfonso J Paredes