Querido Invierno

Querido Invierno

 

¡Que delicia es contemplar las blancas alturas ,que como un gigante copo de algodón, rodean en valle donde habito, y respirar la brisa helada que contrasta con el calor en mi corazón, al estar agradecida por la magnificencia del paisaje invernal.!

 

¡Que ternura mirar los arboles desnudos, evidencia de un otoño que paso, que parecen gritar en su silencio , que la primavera se gesta en su interior y que muy pronto cuando el sol les caliente serán un concierto de hojas y frutos en flor.!

 

¡Que maravilla ver los lagos helados y sobre uno de ellos caminando voy ,y saber que ha vida en sus profundidades y que se han adaptado a los cambios que a los humanos nos cuesta tanto aceptar. Ah, y sobre mi cabeza bandadas de aves organizadas con perfección juguetean y dibujan figuras y presagian futuros días de sol.!

 

¡Que acogedores se ven los hogares , con sus chimeneas que esparcen calor, que iluminan sus ventanas, que albergan familias , que cobijan en su seno el amor en acción y que durante el día sus y mascotas juegan en la nieve del patio con mucho bullicio y gran diversión. ¡

 

¡Que hermosos los días que han escogido vestirse de gris y ocultar su emoción , que nos dieron colores e invisibles pinceles para colorearlos según la ocasión, que inspiran poemas, que motivan cuentos , que traen reposo a nuestro interior, que incitan romances, que sanan heridas y que nos acercan mas al creador.!

 

Mi amado invierno, te agradezco mucho las miles de flores blancas en forma de copos ,que día tras día enviaste a montón, y la brisa limpia que toco mi cara , la ropa abrigada que me dio calor, los días en casa con comida cliente y los escasos y benditos días de sol.

 

Gracias por que cuidaste las aves, los animales y la vegetación, también al planeta tierra y a sus habitantes en cada continente y en cada rincón . Gracias porque Europa no murió de frio, y llegaron los medios para que a tu paso se hicieran imperativos la innovación y la unión.

 

Gracias querido invierno , gracias desde el corazón.

 

Elideth Abreu