CAÍDO DEL PEÑASCO

Pedro Antonio Borges Rodríguez

Planté huevos llenos de memoria

Y sustenté la raíz del cúbito insolente

Yo he logrado con el sudor de mi frente

La constancia que lleva a la gloria

 

He sabido de tú victoria

Y aplaudo con creces tú valentía

Piedra firme y con historia

Fecunda el sol del mediodía

 

Mi vida no siempre fue celeste

Hubieron golpes y ataduras

Ron, canutos y espesura

Mi camino fue muy agreste

 

Sustancias nocivas e indelebles

Hogar natal de la rebeldía

Yo, fuí joven, algún día

Y el recuerdo me adolece

 

Sol innato de los peces

Que bucean, con fluidez, en aguas marinas

Yo, un día, descubrí, que tras las ruinas

Existe un amor que fortalece

 

Los Geranios fue un lugar

Termómetro de la ignorancia

Donde la vida se vio crecer

Al margen de la tolerancia 

 

Nunca pude, comprender

La dislexia moral de los padres

Que daban luz a bebés 

Y no los sacaban de ese enclave 

 

Una loca sociedad

Mordida por la impotencia

Ingrávida tortura secuencial

Que gobierna con ambivalencia 

 

Apenas te permiten vivir

Sin pagar, sólo en el vientre

Una vez que eres saliente

Vas pagando por elegir 

 

Son las cosas del saber

Y el querer que la experiencia

Dirija el timón y el poder

Más allá de la apariencia

 

Baños calientes entre los muertos

Cuerpos y líquidos que se hacinan

Donde perviven el ciego y el tuerto

En el somier de la heroína

 

Droga y violencia destructora

Fueron la norma y la cultura

Más allá de las fisuras

Existen términos que devoran

 

 

 

 

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