*** La oscuridad en la mina *** - Poema - - Autor: José Luis Galarza - - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto -

Hugo Emilio Ocanto



La oscuridad como una garganta
traga la lumbre
pequeñas bujías de almas en pena
y buscadores de resplandor.

 

Laten trémulas

paredes de esperanza
en silenciosas jornadas.
En la caverna
la respiración es profunda,
un animal resopla
en el laberinto subterráneo
como si fueran velas
que deshaga el aliento de azufre,
las llamas palidecen
en el interior.

Todo es turbio en esta senda,
el detritus de un territorio.

Esa noche que me cubre
genera un temor especial.

Insta a que el beso a mis hijos
siempre sea el primero y el último.


En el interior, la bestial penumbra,
el oxígeno que siempre falta.

Experimento la muerte
en el descenso,
por esta razón aseguro
que la muerte recupera
cada instante de felicidad.

Los revivo en el camino
cuando el oxígeno sólo permite
sentir que alucino.

Un río inquieto corre con las luces,
las conduce a otras vidas,
a mí me queda la oscuridad inmensa,
la profundidad del silencio.

La vida de este minero
se va secando,
habituado a la pérdida,
al goteo incesante de los hilos dorados,
como si fuera sangre
derramada por la montaña.

Se marchará la sangre
en la transpiración espesa y sofocada,
se irá con la ilusión
de que la oportunidad viniese
a regalarme el tiempo hermoso
de la familia que tiene lo que necesita,
el amor y la posibilidad de crecer
en la unión y en el tiempo.

Pero el oxígeno es escaso
y la exigencia y el deseo gigantes.
Arrancan un peñasco
de enorme tamaño
con el fin de asegurar la tierra
o la paz de la familia.

Con anhelos gigantescos
y pequeños derechos conquistados
y el vacío de leyes
es el grillete que inmoviliza.

No hay quien mire nuestra familia,
estamos desprotegidos
y las leyes están para garantizar
la actividad y producción minera.

La guerra es silenciosa,
y el hambre, la necesidad,
son inyectados.

De la vulnerabilidad
obtienen ejércitos, y entendemos
que nuestras voces dinamitan.

Astillaron todo el cuerpo
con esquirlas de un negocio,
la amputación de los amigos
antes de perder los ojos.

Estuvo comprometida mi vista,
de estas heridas la consecuencia
es inevitable,
estamos en el lugar propicio
para extinguirnos.

Yo los traje cerca y la culpa
es enorme, mi niño está mal.
No tenemos diagnóstico,
la espera es ahora una terapia.
No soporto la inacción,
la mentira de este sepulcro.

¿Por qué no han actuado?
¿Qué mal pudo sufrir
que transmite esta oscuridad,
la espesura de esta oscuridad,
y es bautizado con el silencio
de los doctores?

¿Por qué los doctores
no pueden hablar?
La única certeza es la costumbre
de desviar vista y oído.

Las consecuencias drásticas
que caen después de la severidad
encadenan la suerte de uno
y compran de este modo el silencio.

La muerte es una compañera
en el vientre de la montaña,
un retoño que se pierde
en el vientre
tiene allí la vida y la muerte.

El brote de movimiento
en el interior de la montaña
perderá su razón de ser,
la fe que remontaba
cuando la oscuridad
recupere la densidad.

Y el silencio
y la soledad
y los secretos
de las perforaciones
del vaciado útero
mantendrán forma de olvido.

Yo retorno al beso,
el último y el primero,
antes de cerrar los ojos
todos los días,
antes de que la oscuridad
crezca demasiado.

Nunca podré olvidarla,
porque las noches
perdieron el nombre
en el vientre
crece el vacío.
Ahora las noches no
tienen un nombre propio.

 

Pintura de Zdzislaw Beksinski

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios8

  • Omaris Redman

    Excelente trabajo de ambos! Felicitaciones 👏 👏 👏

    • José Luis Galarza

      Gracias amiga por visitar siempre este espacio tan bello que ofrece Hugo. Te agradecemos la visita. Un abrazo

      • Hugo Emilio Ocanto

        Muchas gracias por acompañarnos
        en este bello poema José Luis, Omaris.

        Muy agradecidos por felicitaciones.
        Feliz martes.

      • MISHA lg

        es un problema de siempre y lo peor ningun gobierno hace nada en realidad
        gracias por compartir
        Los revivo en el camino
        cuando el oxígeno sólo permite
        sentir que alucino.

        Un río inquieto corre con las luces,
        las conduce a otras vidas,
        a mí me queda la oscuridad inmensa,
        la profundidad del silencio.

        La vida de este minero
        se va secando,
        habituado a la pérdida,
        al goteo incesante de los hilos dorados,
        como si fuera sangre
        derramada por la montaña.
        besos besos
        MISHA
        lg

        • José Luis Galarza

          Así es Misha, estamos muy agradecidos por tus palabras. Un abrazo.

          • Hugo Emilio Ocanto

            Inmensas gracias por acercarte y comentar
            las letras de su autor, Misha.

            BESOS.

          • Hay 2 comentarios más

          • José López Moreno.

            Poema escrito con el dolor de la verdad.
            Incertidumbre cada día.. miedo cada minuto. El derrumbe en el interior de la mina te sorprende.
            Muchos mineros perdieron la vida a cambio de un trozo de pan, o enfermar de por vida.
            Declamación de Hugo Emilio, que hace del poema como si estuviéramos en el interior de la mina.
            Letras, muy ciertas de J. L. G.
            Declamación de Hugo Emilio, que da gusto escuchar.
            Enhorabuena Poetas!

            • José Luis Galarza

              Agradezco el comentario y ciertamente Hugo nos permite vivir el desasosiego del yo poético. Saludos

              • Hugo Emilio Ocanto

                Perfecta definición del poema de su autor, José.
                Grato placer tu comentario para ambos, poeta.
                Inmensamente agradecidos.
                Saludos Poeta!

              • José Luis Galarza

                Muy agradecido con vos Hugo por esta magnífica interpretación que añade otra dimensión, más palpable, a la realidad representada. Lo disfruté muchísimo. Un afectuoso abrazo para ti

                • Hugo Emilio Ocanto

                  Mucho te agradezco a ti haber cedido tus letras, José Luis.
                  Para mí ha sido un gran placer declamar.

                  Un sentido abrazo, amigo del alma.

                  • José Luis Galarza

                    El placer es todo mío querido amigo del alma.

                  • Hay 3 comentarios más

                  • Miguel Ángel Miguélez

                    Ojú! Qué interpretación... 👏👏👏👏👏

                    Si ya el poema de José Luis es intenso y desgarrador en tu voz se siente el miedo, la desesperanza, la frustración y la injusticia de una forma que conmueve hasta las piedras de esa montaña que se traga la vida de los mineros...

                    ¡Un fuerte abrazo para cada uno!

                    • Hugo Emilio Ocanto

                      Existe mucha belleza espiritual que siento al leer
                      lo que expresas, Miguel Ángel.
                      Muchas gracias en nombre de ambos, poeta.

                      ¡Un fuerte abrazo, amigo!

                      • José Luis Galarza

                        Fuerte abrazo querido Miguel, hermoso comentario y apoyo lo que dices, Hugo agregó matices y una dimensión nueva a mi poema.

                      • David Arthur

                        Muy buen poema de J.L.G. que nos lleva a la oscurdiad y el pelígro de las minas, interpretado con todo su sentir por Hugo Emilio.

                        Abrazos poetas
                        David

                        • Hugo Emilio Ocanto

                          Muchas gracias por acompañarnos en este bello
                          poema de José Luis, David.

                          Inmenso placer.
                          Abrazo poeta.
                          Hugo Emilio.

                        • El Hombre de la Rosa

                          Hermoso trovar versos de J.L.G. que declama con su arte nuestro compañero y amigo Hugo Emilio Ocanto recitando las geniales estrofas del gran poeta Don José Luis Galarza.
                          Saludos a los dos desde el Norte de España
                          El Hombre de la Rosa

                          • Hugo Emilio Ocanto

                            Inmensas gracias por acompañarnos, Críspulo.

                            Inmensamente agradecidos, Maestro.

                            Fraterno abrazo.

                          • Patricia Aznar Laffont

                            Aplausos a ambos, Hugo: qué feliz interpretación y los versos de José Luis, hacen temblar por su hondura.
                            Artista querido, felicidades!



                          Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.