El cielo cae a voces (fragmentos), de Melissa Nungaray

Melissa Nungaray

Semillas de volcán 

en las cumbres de una pena enardecida 

que esparce raíces del cielo, 

palabras extendidas 

en su cúmulo de estrellas 

por el silencio de la prístina llama 

que del existir aflora 

el péndulo de la desventura. 

Sombra que del recuerdo basta 

en sus luceros vigilantes

de apacible estatua 

que se desprenden en el brío 

del arrecife estelar de la memoria. 

Camino hacia la noche que me inventa,

espiral a media luz que colisiona

en su fugaz retiro de espigas y fuego.

Adentro escucho que el libro se abre. 

 

Ojo de agua que recomienza en mis manos 

y traza la prematura visión de la lluvia

que danza implorando 

gota a gota el nacimiento, 

ojo de agua que fluye,  

pluma del auspicio que me escribe. 

 

Entro en la respiración del universo 

que segrega espacios de tinta indeleble, 

vías férreas de asteroides y de cometas. 

Vocales y consonantes hacen erupción. 

Y el cielo cae a voces 

sobre la fauna y flora

que se esconde tras la lava 

en el socorrido vacío de las letras 

de árida sepultura y de roca fluida.  

 

 

De mis manos la llave encuentro 

en el riachuelo que junta caminos. 

La distancia se acorta en su desvelo 

que aguarda en la insular melancolía,

azul estridente que perdura, 

fricción en la luz del pensamiento 

que ilumina el sentir de la presencia. 

Tren de aurora que parte al anochecer, 

reloj ferroviario sin pasajeros 

que anda a ciegas entre la maleza. 

Lugares que desandan lo entredicho 

que por accidente eluden la salida. 

Adelante o atrás el pasaje se hunde 

en el ritmo que madura 

al anverso y reverso de la sombra. 

Latente al paso que da forma viajo 

adentro del libro que se cierra. 

El pulso precipita las horas. 

Nace de mí el trueno del roble  

que deletrea la semejanza.

Entro henchida de nubes 

al centro derruido

que conjura el desbordamiento, 

madera que resuena en el aire, 

juegos de niños en el arenal,

casa que respira y aletea, 

adentro escamas de tiempo. 

 

 

 

 

Semblanza de la autora:  

Melissa Nungaray (Guadalajara, Jalisco, 1998) es escritora, editora, collagista y promotora cultural. Dirige la revista digital En la Masmédula (www.enlamasmedula.com) y colabora en diversos periódicos digitales. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Autónoma del Estado de México. Es autora de los libros de poesía Raíz del cielo (Secretaría de Cultura de Jalisco/Literalia, 2005), Alba-vigía (La Zonámbula, 2008), Sentencia del fuego (La Cartonera, Cuernavaca, Morelos, 2011), Travesía: Entidad del cuerpo (La Zonámbula, 2014) y la plaquette El cuerpo descansa en algún lugar (La Tinta del Alcatraz, 2022). En 2014, ganó el segundo lugar del IV Premio Nacional de Poesía Joven “Jorge Lara”. y en 2022, obtuvo mención honorífica en el decimotercer Concurso Caminos de la Libertad para Jóvenes. Fue becaria del Festival Interfaz ISSSTE-Cultura Los Signos en Rotación San Luis Potosí 2017.

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