Epifanía-.

Ben-.

Ante el tronco de una encina,

recién cortado, cómo cabe

ponerse vanidoso, o prepotente?

No. Ingiero los posos tostados

del te que se me ofrece, y basculo

entre ladridos de perros, soportando,

inigualable, el peso de mi cuerpo.

Hasta las últimas estaciones

se me abalanzan los ladridos, el rugido

epífano, de lo que palpita entre

los labios. ©

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Comentarios1

  • Miguel Ángel Miguélez

    Así es, ponerse en la corteza de lo que una vez fue vida... Muy buena introspección 👍

    Un abrazo.

    • Ben-.

      Me alegra que te fuera de tu agrado, Miguel, gracias y un fuerte abrazo!!



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