ME EROTIZAS.

ME EROTIZAS.

Me erotiza mirarte, saber que estás tendida y que todo el mundo duerme mientras yo te estoy deseando. Tú lo sabes, tú me enciendes: con solo una mirada tú despiertas los infiernos más ardientes de mi cuerpo. 
Y me veo entre tus pechos avanzando poco a poco, sin dejar de verme loco por tu piel dulcificada. Son tus llamas... son tus llamas las que enfrentan mi sudor con tu calor, el momento en que arde todo sin dejar ningún rincón.
¡Qué pasión!... ¡Qué pasión es la que abrazo cuando fuego hay en tu espalda! Y yo sigo aunque en el alba ni te sienta respirar. Un beso te incentiva a seguir por tiempo más, no pensando en el final, sino en el recorrido, así como es y ha sido nuestra vida al caminar.
Me das más... me das más cuando he bajado a besarte entre las piernas y te siento entre mis manos que ocultamente vuelan, y es que no queda ni el rastro de esa parte de tu cuerpo que me quema locamente el contorno de mi boca.
Me provocas... me provocas tantas cosas que hasta parecen ser pocas: tú me elevas, tú me tocas y yo sigo sin siquiera pensar en detenerme. Todos duermen... todo el mundo está ignorando lo que en ambos despertamos. Y seguimos paso a paso por un tiempo más que largo.
Un encanto. Un hechizo nos atrapa envueltos en las sábanas. Y nunca una mañana nos impide ser quien somos: dos enormes llamaradas que lo quieren quemar todo.
Me erotizas... me erotizas con tus labios que en mi cuerpo han indagado. Y te encuentras con el sabio ademán de tu cintura, donde nunca una la locura es más loca que la nueva.
Tú me pruebas... tú me pruebas beso a beso con el jugo seminal, el que es bueno y más que bueno que no sabe ni del mal. Es genial... es genial también probarte y decirte tantas cosas, tantas que el silencio muchas veces se sonroja.
Soy tu boca... soy tu boca y tú la mía en un beso y mucho más. Soy amante, soy espía de tu fina flor rojiza, de tu flor, amada mía, de tu rosa corporal. Dame más... Dame más de tu cintura por delante y por detrás, que, aun amándonos a oscuras, se ilumina todo igual.
Me erotiza mirarte, saber que estás tendida y que todo el mundo duerme mientras yo te estoy deseando. Tú lo sabes, tú me enciendes: con solo una mirada tú despiertas los infiernos más ardientes de mi cuerpo.