PARA POEMA FUSIONADO CON LETRA Ñ

Lucila De Melo

Añorando eras de antaño,
añadí hoy a mi presente
recuerdos de lindos años
en que, por ir enseñando,
unas maestras añejas
ya nos iban regañando.
Pero no digo un engaño,
confieso por ermitaña,
siempre me resultó extraña,
la conducta de esos niños
que, por ir haciendo daño,
parecían alimañas.
Lucila De Melo
Uruguay

 

Con lagañas en los ojos
y aveces algo mañosos,
con la túnica y la moña
de azul añil bien armada,
fuimos por añadidura
como unos buenos retoños.
Y, en el retorno hogareño,
nos prendimos como leño
a esa diversión pequeña,
de escondernos con empeño
para jugar con muñecas
y desarmarnos los moños.
Lucila De Melo
Uruguay

 

En otoño con los gorros,
a nadie le extrañaría
si alguien estaba greñudo,
con cabello enmarañado,
porque de estar aliñado,
no había ni un buen puñado.
Y al que te hacía un mal guiño,
le sacábamos el puño,
sobre todo si era un ñoño
o gran ave de rapiña,
que tiraba su señuelo
para clavarte un puñal.
Lucila De Melo
Uruguay


Y en verano y en campaña,
del viñedo muchas uvas,
el veintinueve unos ñoquis,
o unos huevos de ñandú,
unas piñas bien maduras,
u ovejitas del rebaño.
Noches que hicimos añicos,
aquellas notas roñosas,
de maestros españoles,
que por hacer una hazaña.
unas compañeras mías,
eran enviadas al baño.
Lucila De Melo
Uruguay

 

Y por tu buen desempeño,
subías a la montaña,
y mirabas la cabaña,
y arañábamos el cielo,
y reñías con los pájaros,
y bruñías con el sol.
Nunca pensé la letra eñe,
me trajera tantos sueños,
y me volviera la dueña,
de esos señores recuerdos,
o quizá sean ensueños,
que hoy me parecen risueños.
Lucila De Melo
Uruguay

 

Un ñato una vez nos dijo,
que él tuvo alguna niñera
que cocinaba buñuelos;
y algunos te comentaban
que de niño usó pañales
y se comía las uñas.
Puede ser frunzas el ceño,
o digas que no te atañe,
pero es que era un niquiñaque 
que nunca daba una ñapa,
y se llevó un puñetazo
de un compañero lampiño.
Lucila De Melo
Uruguay

 

En ese año mi cuñada,
cuando fue a comprar boñatos,
fue víctima de rapiña;
pero igual se las apaño,
para no salir dañada,
porque ella hizo una artimaña.
El ladrón fue un albañil,
disfrazado de hombre araña;
tenía mujer preñada,
y necesitaba caña,
porque no se daba maña,
al vivir en la campiña.
Lucila De Melo
Uruguay


Al ladrón mordió un armiño,
dentro de un cañaveral,
y su mujer la Carmiña,
doña que es muy curandera,
usó un paño de vendaje,
recortado de un corpiño.
Para aliño del final,
luego él cocinó unos ñames,
y ordeñó una buena vaca,
propiedad de un hondureño,
para dar leche a Kariña,
su niña, la primogénita.
Lucila De Melo
Uruguay

 

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