Eclipse

Abbo

¿Realmente espero la luz de tus lámparas sin ver que el sol brilla allá afuera de ti y de nuestros muros?

 

Quiero ver de nuevo ese cielo que perdí y que siento que cada vez se me esconde más, detrás de ese elipse que la silueta tuya forma, quiero sentir el fresco viento que me acaricia y me desviste la mente para convertirlo en protagonista del momento dejando atrás todo lo que me azota.

 

Armaduras y pesadas prendas has puesto en la forma de mi pensamiento, cuántos estantes de tus memorias, llenos de palabras e historias has colocado en todas y cada una de mis ventanas que me dejaban ver los prados y los cielos iluminarse y desiluminarse día con día. 

 

De nada sirve buscar ventanas abiertas porque siempre vuelvo a tus páginas y clavo la mirada en todas tus estanterías. 

 

Se me pierden los escritos que me dan paz, mi biblia y mi oración, se me borra la tinta de aquello que me reemplazó la tranquilidad mía, por algo que quiso serlo y venir nuestro, pero fracasó... y ahora no tengo forma de siquiera recordarla. 

 

En mi mente tenía una casa para ti que construí para hacerla tu hogar y ahora cada pilar y cada muro, cada mueble y cada cuadro, cada puerta y cada trozo de suelo se parten y se ven volcados por un niño que sólo parecía jugar y ser él mismo, como las almas pérdidas en los parques moviendo los columpios con el aire. Seres disfrazados de inocentes.

 

Inocente pero incontenible, tu voz y tu mordida, di mi brazo a torcer y me lo mutilaste, y heme aquí escribiendo con la sangre que me brota de la herida pues solo me queda eso para saciar mi dolor, eperando morir seco pero a la luz del sol, por fin viéndote ceder su calor.

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