Como caen las estrellas, la vida cae

Como he visto caer las estrellas en las montañas,
así he visto huir la razón entre malezas,
forzándose a descansar,
escapando de sí misma eclipsada de orgullo.

Nuevamente, al filo del precipicio,
he buscado el curso del cauce
a través de los ojos del águila;
he esculpido el deseo en la roca
y después me he dejado caer,
como hacen las estrellas,
como hacen las cosas imperfectas.

Dónde hallar la paz sino es después de honrar?
Que hay más allá sino es la Gracia?
Y acá, mientras tanto,
acaso no preciso de su canto,
y su forma de esculpir en los abrazos?

Porque sólo conociendo ese dato
he logrado nombrar las cosas por su causa,
apartarlas del extinto pensamiento
y a no pintarlas en mi espalda
como si fueran cosas que precisan ser portadas.

A los ojos del tiempo no soy más que un verso,
este que soy aquí, ahora escribiendo,
ayer en cavernas, alienado del ser
buscando en mí mismo lo que hay por doquier.

Si pudiera establecer mi destino,
si se me permitiera escoger un oasis universal,
posiblemente no sería capaz de idear
el maravilloso mundo que tengo a mi lado,
brillante y claro, cuando no lo quiero cambiar.

Así cómo a las montañas les acechan las estrellas
así me siento envejecer
sólo siendo el tenedor del firmamento
el poco tiempo que en un verso cabe hacer.

César C. Barrau
04-02-2023