En esta tarde de verano
siento tu brisa fresca
corriendo por mi jardín.
Algunas nubes ennegrecidas
amenazan con caer,
pero mi horizonte
no lograrán ocultar.
Siempre te veo al final de mi camino.
Nada es más bello ni se puede comparar
con la claridad de tu sonrisa,
ni con la ternura de tu mirada,
ni con la firmeza de tus manos,
ni con la pureza de tu corazón.
Me voy deleitando en el paisaje,
que juntos, como hormiga laboriosa,
hemos diseñado.
Nada existe más que tú y yo…
Elijo quedarme en nuestra burbuja,
porque en ella encuentro la paz y libertad
que mi alma necesita.
Afuera habitan tristes ánimas,
que deambulan cual fantasmas ya rendidos.
¡A mi no me vengan con tristezas!...
¡No he venido a este mundo a sufrir!
Ya lo dijo Buda: ”El dolor es inevitable,
el sufrimiento es opcional”.
Elijo el perfume del jazmín,
a sangrar por las espinas de las rosas.
Elijo esconderme en tus caricias,
y volar en las alas de las mariposas.
Elijo elevarme como pájaro
sobre las copas de los árboles,
libar como abeja enloquecida
el dulce néctar de las flores,
correr como el río hasta desembocar
en tu mar profundo y mío.
Elijo la luz del sol divino...
¡La oscuridad, sin mi, que siga su camino!.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay
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Autor:
Lucila De Melo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 31 de enero de 2023 a las 14:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas:
- Usuarios favoritos de este poema: Henry Alejandro Morales, Freddy Kalvo, Omaris Redman, Tommy Duque, alicia perez hernandez, Classman, MISHA lg, Antonio Miguel Reyes, Ed-win.
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